Un nuevo estudio ha destacado el potencial del microbioma intestinal como herramienta para combatir la diabetes, una de las enfermedades metabólicas más extendidas en todo el mundo.
Un estudio publicado en las revistas ‘Diabetologia’, ‘Diabetes’ y ‘Diabetes Care’ proporciona una visión integral de los desafíos y oportunidades en la investigación del microbioma y su relación con el desarrollo de diabetes, enfatizando la necesidad de continuar con esta línea de investigación y aplicar los conocimientos adquiridos a la prevención y mejora clínica de la enfermedad.
El artículo, titulado ‘The Gut Microbiota and Diabetes: Research, Translation, and Clinical Applications-2023 Diabetes, Diabetes Care, and Diabetologia Expert Forum’, ha sido elaborado tras realizar una exhaustiva revisión de estudios epidemiológicos recientes de grandes cohortes de sujetos, incluyendo análisis metagenómicos y estudios en modelos experimentales.
Entre los principales hallazgos, el grupo de expertos señala que las personas que presentan esta patología cuentan con una microbiota intestinal menos diversa en especies bacterianas y con menor capacidad para producir butirato, un ácido graso de cadena corta que generan las bacterias intestinales especializadas en la fermentación de la fibra de la dieta.
Este metabolito reduce la inflamación intestinal asociada a la ingesta de dietas hipercalóricas y poco saludables, que produce disfunción metabólica, y estimula la producción de hormonas enteroendocrinas, como por ejemplo la hormona GLP-1. Esta hormona mejora la secreción y sensibilidad a la insulina y el metabolismo de la glucosa y reduce el apetito.
Yolanda Sanz, profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA-CSIC), es quien ha realizado los estudios.
“Entender cómo el microbioma influye en las enfermedades no es una tarea sencilla, ya que varía mucho entre personas debido a factores como la edad, el sexo, el peso, la medicación y el estilo de vida. Para identificar patrones consistentes, se necesitan estudios de gran tamaño poblacional y utilizar técnicas de análisis avanzadas en estudios longitudinales que incluyan varios tiempos de muestreo, lo que nos permitiría diferenciar entre variaciones normales y aquellas que puedan contribuir a la enfermedad”, ha explicado Sanz.
El equipo de expertos también observó que la diabetes se asocia a un aumento de potenciales patógenos, como la bacteria ‘Ruminococcus gnavus’, y otros metabolitos bacterianos implicados en la resistencia a la insulina.
Según los expertos, el interés por el microbioma no se limita a su posible papel en el diagnóstico o pronóstico de la diabetes. La investigación en el área se centra en saber si la modulación del microbioma, a través de dietas saludables ricas en fibra, el uso de bacterias intestinales en forma, por ejemplo, de probióticos o incluso el trasplante de microbiota fecal, podría ayudar a mejorar el control del azúcar en sangre.
Fuente: Europa Press
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