El inicio del año fue catastrófico para el sector productivo paraguayo, principalmente para la soja, afectada por un profunda sequía que azotó a toda la región sudamericana. Sin embargo, la producción pudo recuperarse levemente de eso, con buenos rendimientos en la zafriña, pero ya con secuelas del fenómeno climático. Sin embargo, el sector sojero vuelve a encender las alarmas ante los pronósticos hídricos.
Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), confirmó que las previsiones del clima indican que las próximas lluvias no serán suficientes para hacer frente a la crisis hídrica de la región, por lo que es una alerta para el sector.
El titular de la UGP explicó a la 1080 AM que el gremio maneja expectativas trimestrales, sobre todo para ajustar épocas de siembras, a fin de decidir si se aplica en setiembre o en octubre. “Esto es para prever, por ejemplo, si es que llega a faltar agua, que no ocurra lo que ocurrió el año pasado, que en un periodo de 45 días sin lluvias provocó una caída muy grande en la producción”, mencionó.
Indicó que hasta fin de noviembre pasado todo estaba bien, pero cuando empezaron a mermar las lluvias en diciembre y enero, se acabó la producción.
Estimaciones
Por otro lado, Cristaldo explicó que, en cuanto a las estimaciones, se espera una producción sojera, en una cosecha normal, de alrededor de 2.900 kilos por hectáreas, lo que se traduce en unas 10 millones de toneladas como mínimo.
“Con esta producción, el efecto rebote será enorme comparado con esta campaña. Esto se dio ya en años anteriores, en el 2012, con un crecimiento bueno en el 2013, por ejemplo”, comentó.
En ese sentido, el gremialista indicó que si viene un año normal, la recuperación económica será importante, pero si es que no se da así, la situación será muy complicada para todos. LA NACION