Paraguay celebra un año más su semana del tereré en honor a su tradicional bebida fría a base de yerba mate, con la mirada puesta este año en conseguir el reconocimiento como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Termo, guampa, bombilla y yerba mate forman parte del día a día de los paraguayos, para quienes beber tereré implica también un momento para compartir con los amigos y la familia, además de relajarse.
Esta bebida es parte de la identidad del país e incluso está reconocida por ley como Patrimonio Cultural y Bebida Nacional del Paraguay, que establece la celebración del Día Nacional del Tereré el último domingo de febrero.
El impulsor de esta normativa, Dionisio Ortega, diputado nacional entre 2008 y 2013, dijo este jueves a EFE, durante la inauguración de la Expo Tereré en Asunción, que su intención al llevar esta iniciativa al Congreso fue “proteger” la identidad paraguaya de esta bebida al enterarse “de que los países vecinos también deseaban patentarla”.
“El famoso tereré no distingue clases sociales en Paraguay”, apuntó Ortega.
Una afirmación que comparten sus compatriotas, a los que es fácil ver bebiendo tereré en cualquier rincón del país o comprando yuyos (hierbas medicinales) para incorporarlas a su termo.
Foto: Fernando Franceschelli
Innovación y tradición
Aunque lo habitual es comprar esas hierbas medicinales frescas y machacadas en un mortero, algunos innovan en su formato, como Osvaldo Masi, presente en esta Expo Tereré con los yuyos machacados, macerados, filtrados y congelados, listos para añadir al termo de agua.
“Estamos luchando contra una tradición muy arraigada, que es la de procesar el yuyo natural en el mortero. Entonces, todavía le cuesta un poco a la gente procesar el producto, pero tenemos confianza en que vamos a vender más”, señaló Masi a EFE.
Sus barritas de yuyos congelados cuestan G. 3.000 y mezclan distintas hierbas con propiedades medicinales y distintos efectos.
Con este proyecto, Masi quiere “apoyar y recuperar el sentido social del tereré, que siempre se caracterizó por reunir a la gente”.
Mientras algunos, como Masi, reinventan esta bebida, otros mantienen las tradiciones, como los artesanos del cuero que elaboran los termos y las guampas.
Nelson Basualto, procedente de la localidad de Atyrá, unos 60 kilómetros de distancia de Asunción, acudió a esta feria con su producción en cuero, con termos entre los G. 140.000 y G. 500.000 (USD 41 y 76) y guampas desde G. 25.000 (USD 4) si son de aluminio o G. 50.000 (USD 7) si están fabricadas con madera de palo santo.
“Lleva hacer un día. Depende del diseño, del tamaño, los colores de cuero que va a llevar, si es liso o repujado. Todo se hace a mano”, explicó el artesano.
Tradición. La práctica ancestral del consumo compartido del tereré en la cultura del pohã ñana se da en todo el país.
Candidatura ante la Unesco
El pasado noviembre, la Unesco confirmó a Paraguay que había recibido toda la documentación necesaria de la candidatura de “Prácticas y saberes tradicionales del tereré en la cultura del pohã ñana, bebida ancestral guaraní en Paraguay”.
El país busca así el reconocimiento de su bebida más emblemática como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, aunque desde el 2019 ya es Patrimonio Cultural Inmaterial dentro de Paraguay.
También cuenta con su propio Día Nacional de la Yerba Mate, celebrado el 11 de octubre, ya que Paraguay es uno de los principales productores, con una cosecha de unas 40.000 toneladas anuales, según las estimaciones de los yerbateros.Fuente: EFE