La Fiesta de la Costilla de Naranjal recibió a más de 10.000 visitantes

Cada costilla se cocinó a leña por más de nueve horas. Se asaron 175 costillares y más de 400 estacas de corte alternativo. Hace 19 años se realiza el evento; solo tuvo una pausa en pandemia.

Wilson Ferreira
ALTO PARANÁ

Más de 10.000 personas visitaron ayer el distrito de Naranjal, distante a 94 kilómetros al sur de la capital del Alto Paraná, para participar de la edición número 19 de la Fiesta de la Costilla, que se realizó en el tinglado ubicado en el predio de la parroquia Santa Catalina.

Se asaron 175 costillares y más de 400 estacas de cortes alternativos superando así el gigantesco número de 5,5 toneladas de carne asada. Los visitantes, además del costillar, disfrutan de la ciudad, su gente y de los diferentes shows artísticos.

Delegaciones de comensales de diferentes distritos del país e incluso del Brasil y Argentina participaron de la fiesta. El evento se realiza como parte de las actividades por la celebración del aniversario de la ciudad que fue fundada el 26 de julio de 1990.

Las ediciones del 2022 y 2021 fueron las únicas suspendidas a causa de la pandemia. Solo se compra el entero y es para aproximadamente 25 a 30 personas. Cada pieza cuesta G. 2.500.000 y viene con un kits que se compone de las ensaladas y algunas bebidas.

En tanto el asado a la estaca, que pesa unos dos kilos, cuesta 120.000 guaraníes. Todo lo recaudado se invierte en obras comunitarias, con inversiones en las áreas de salud y educación.

La edición del año pasado fue declarada de interés turístico nacional por la Secretaría Nacional de Turismo, teniendo en cuenta que atrae a visitantes locales, nacionales e internacionales. Promueve el turismo en el distrito, generando un impacto económico directo e indirecto para la ciudad, lo cual convierte a este evento en una herramienta más para promover el turismo interno y receptivo del país.

La primera edición se realizó en el 2001 y desde entonces no ha parado de crecer año tras año e involucra prácticamente a toda la comunidad, que organizada en equipos especiales se encargan del trabajo. Esta celebración se realiza el último domingo del mes de julio.

PREPARATIVOS. El jueves de noche los asaderos se reúnen en la casa de algún integrante para pelar y picar alrededor de 5 kilos de ajo, que se utilizan para preparar la carne. Se usa un vino blanco especial para hidratar la carne y luego se le agrega la sal gruesa condimentada, ajo y especias.

El sábado muy temprano llegan las costillas enteras de un proveedor local, que luego son transportadas hasta un sector del predio de la iglesia, acondicionado con la refrigeración adecuada para preparar la carne.

Antes de condimentar, se pesa cada costillar que al sobrepasar el límite de 27 a 28 kilogramos se le corta el sobrante. De esta manera todas las costillas pesan igual. De esas piezas cortadas en el día de la fiesta se vende como asado a la estaca.

El sábado a la noche se monta cada costillar en una estructura de hierro que constituye su sostén, luego los asaderos montan los costillares en varias filas que son rodeadas con troncos y pedazos de madera. Al llegar la hora indicada, comienza el show de fuego que cocina la carne por al menos nueve horas.

En la madrugada del domingo, la organización de la fiesta, que está compuesta por la comisión de la escuela, grupos de feligreses y otros se encargan de los preparativos para las ensaladas. Además, se cocinan unos 500 kilos de mandioca. UH