Asunción, Agencia IP., Kathia (41) llegó a Madrid hace 20 años, con el sueño de abrirse camino como profesora de danzas. Acababa de recibirse y con sus ahorros fue a la capital de España. Allí logró su sueño de tener su propia academia y un ballet de talentosos bailarines, gracias a su audacia de bailar en las plazas, en los duros inicios.
Kathia, contanos de tus inicios y de tu decisión de viajar a España
Mi nombre completo es Kathia Carolina Coronel Sosa. Nací en Fernando de la Mora y me crie en la ciudad de Ñemby. Empecé con la danza en el pre escolar y más tarde mi mamá me inscribió en la Academia Arasy de la profesora Liz Estigarribia en donde estudié 12 años danza paraguaya, española, clásica y jazz. Obtuve el título de Profesora Superior de Danzas Paraguayas y Española.
Me recibí de profesora de danzas a los 22 años y decidí venir a España para aprender más de danza española. Es un país hermoso. Llegué aquí y me encontré sola. Pero luego, otras compatriotas me ayudaron.
¿Cuál era el sueño que te llevó tan joven a Madrid?
Mi sueño era abrir mi propia academia de danzas, y como no tenía lugar, bailaba en distintas plazas de la Comunidad de Madrid. Había fines de semana de lluvias y mucho frío, y también de veranos muy difíciles. Pero es importante la disciplina y así me fueron conociendo y dando oportunidades. Hasta que se cumplió el sueño de abrir mi primera escuela de baile, que tiene un elenco de excelentes bailarines. Fue muy sacrificado y especialmente los tiempos de pandemia fueron muy duros. Pero pasó la tormenta y al día de hoy puedo decir que gracias a la Danza Paraguaya abrimos muchas puertas para la cultura de nuestro país. En lo personal, me casé aquí en Madrid, pero mi matrimonio no prosperó. Hoy tengo a mis dos hijos conmigo, que son mi motor y mi inspiración.
A veinte años de aquellos inicios, ¿Qué satisfacciones te ha dado la danza en España?
Llevamos años ya representando a Paraguay en variados escenarios nacionales e internacionales, tales como Grecia, Portugal, Ginebra y Francia. Hemos recorridos bastante ya la geografía española con la bandera paraguaya muy en alto. Llevamos música en vivo y somos como 20 bailarines en escena. La mayoría ya son jóvenes nacidos aquí que enarbolan la cultura de sus padres.
Hemos estado en lugares prestigiosos de Madrid como el Círculo de Bellas Artes, el Ateneo de Madrid, y el Parlamento Europeo. También bailamos en la Plaza de Toros de Toledo y Ciudad Real.
¿Qué opinan los españoles de la danza paraguaya?
Nuestras danzas son muy apreciadas y es una manera de sobrellevar nuestra lejanía; sentirnos un poquito más en Paraguay, cada vez que los chicos vienen a la escuela, te llenan el corazón.
Al ver nuestros trajes típicos, se sienten identificados porque comparan el ñanduti con el encaje de Tenerife. Nosotros les comentamos de las enseñanzas de los Jesuitas en Paraguay. Les hablamos del ñanduti y ya se da una gran conversación sobre las misiones y el tejido paraguayo.
Mi madre y mi tía Lourdes nos confeccionan los trajes típicos en Paraguay. Gracias a esa identificación con nuestra cultura, creemos que en España está un pequeño Paraguay en Europa. Hoy día existen cinco grupos de danza en Madrid, y también en Alicante, Valencia y Zaragoza. Me gusta decir que no somos competencia sino una sola bandera paraguaya en España.
¿Cuáles son tus proyectos?
Deseo llevar la danza a todos los rincones del mundo; que ubiquen a nuestro país en el mapa. Muy poco aún nos conocen. La danza es mi motor de vida, mi estilo de vida. Me siento muy paraguaya y realmente no hay un solo día que no extrañe nuestra tierra. Siempre estoy con ganas de volver. Gracias a la Virgen de Caacupé no me he sentido sola. Tengo su imagen en mi lugar de trabajo. Ella es mi amiga, mi hermana, mi madre. Me consuela en mis momentos de tristeza y celebra conmigo mis triunfos.
También quiero comentar que este año hemos abierto la Cafetería AngaRenda-nce (Rincón donde baila tu Alma), un café temático para los amantes de la danza, en la sala de entrada al salón de baile. Es un juego de palabras en guaraní y en inglés que supone la danza de las almas. Este lugar es muy concurrido y nos ayuda a sostener nuestros proyectos de danza.
Lo primero que haré al volver al Paraguay, es llegar hasta la Basílica de Caacupé a agradecer la Virgen. En el mes de abril vendrá mamá a visitarme y se quedará hasta mayo. En 18 años, por fin podré abrazar a mamá en el Día de la Madre.
¿Qué actividades realizaste últimamente?
Estuvimos bailando en el Festival de Cine de Málaga. Allí pude conocer a la ministra Adriana Ortiz. Me gusta ver gente joven que se enorgullezca de lucir nuestra artesanía. También he participado de la reunión del Pacto Mundial de Migraciones como parte de la Sociedad Civil y unidos como asociación de grupos de folklore. Quiero que los compatriotas conozcan sus derechos como migrantes, y no pasen penurias como las que yo pasé, sólo porque ignoran las leyes. Es importante ser un buen ciudadano y conocer las leyes y así defender nuestros derechos. Hablé con la Presidenta del Pacto Mundial sobre Paraguay y ella me dijo que conoció las Misiones Jesuíticas de nuestro país.