Asunción, Agencia IP.- En los primeros dos meses del 2023, Itaipu Binacional remesó USD 80 millones al Estado paraguayo, en el marco del cumplimiento de las obligaciones establecidas en el Anexo C del Tratado.
Los desembolsos corresponden a royalties, cesión de energía y pagos a la Administración Nacional de Electricidad (ANDE). Además de mantener una óptima generación de energía, la Entidad sigue honrando en tiempo y forma todos sus compromisos financieros.
De enero a febrero del corriente año, Itaipu transfirió USD 39 millones por royalties y USD 38 millones por cesión de energía al Tesoro Nacional. Por su parte, la ANDE ingresó USD 3 millones en concepto de resarcimiento de las cargas de administración y supervisión; de acuerdo con el reporte de la Dirección Financiera, Margen Derecha, de la Binacional.
Las condiciones hidrológicas actuales y el excelente desempeño de la Central Hidroeléctrica fueron factores fundamentales para registrar un aumento en el monto de transferencias, considerando que en los primeros dos meses de 2022 el desembolso total había alcanzado USD 67 millones.
En lo que corresponde solo a los pagos hechos en febrero de 2023, los royalties totalizaron USD 19 millones, mientras que los desembolsos por la cesión de energía representaron USD 16 millones. A su vez, la ANDE percibió USD 1,5 millones por el resarcimiento de las cargas de administración. Estos recursos representan una inyección importante a las arcas públicas.
Según establece el Tratado de Itaipu, los royalties constituyen un resarcimiento financiero que perciben los Estados de Paraguay y Brasil por la utilización del potencial hidráulico del río Paraná para la producción de energía eléctrica. La cesión de energía es la compensación abonada por el Estado brasileño para acceder a la parcela de la producción que Paraguay no utiliza. Estos dos conceptos son transferidos al Ministerio de Hacienda, institución que se encarga de distribuir los recursos, tal como disponen las legislaciones nacionales.
La ANDE recibe mensualmente los pagos por resarcimiento de las cargas y, periódicamente, también obtiene ingresos por las utilidades del capital para hacer frente a sus necesidades presupuestarias, cumpliendo así con lo que estipula el Anexo C del Tratado.
Gracias a los mantenimientos preventivos programados y la correcta operación de los técnicos, la Central Hidroeléctrica Itaipu (CHI) sostiene una producción energética óptima, lo que le permite a la empresa cubrir la demanda de electricidad de los dos países propietarios del emprendimiento hidroeléctrico y estar al día con las obligaciones financieras.