EFE/GENTILEZA/ RODRIGO VILLAMAYOR
De dos a tres décadas es el tiempo estimado de regeneración avanzada de árboles y arbustos en la zona del cerro Chovoreca (Alto Paraguay). Esto, según el pronóstico de Karim Musalem, director de Conservación de la World Wildlife Foundation (WWF).
Son más de 180.000 hectáreas de superficie las que fueron afectadas por el incendio, de acuerdo con los últimos reportes del Instituto Forestal Nacional (Infona).
El daño a la población animal y vegetal, de acuerdo con numerosos expertos, preocupa y debe motivar a trabajos de restauración e investigación por parte del Gobierno y los responsables de las quemas. “Lo que sabemos es que la pérdida del hábitat seguramente causó muchas muertes de animales”, contó Musalem en una entrevista con ÚH.
Animales como el jaguar, el oso hormiguero y distint
“Cuando se quema un área de este tipo, sobre todo con esta magnitud, le puede llevar muchos años en recuperarse, si es que se deja de quemar o se deja de degradar. Sin duda, estamos hablando de dos a tres años para una recuperación inicial de la cobertura vegetal. Ahora es un fuego, un incendio, pero sin duda el énfasis tendrá que estar a partir de ahora en apoyar la restauración de estas áreas”.
El experto aclaró que la vegetación “tiene una capacidad de adaptarse” al fuego y que en algunos momentos “es necesario”. “Pero cuando empieza a haber mayor intensidad y constancia, en parte por las acciones humanas –precisó–, entonces ya estamos modificando esa relación y los incendios se vuelven muy perjudiciales”.
El desarrollo del suelo por medio de la quema habría sido uno de los motivos por los que se iniciara el incendio, con base en los reportes del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades).
Musalem matizó las críticas que responsabilizan del incendio al agronegocio, indicando que existen productores que cumplen con las normativas y que incluso dejan áreas de reserva adicionales y su producción de una manera sostenible.
“Y hay quienes lo están haciendo de una manera irresponsable. Por eso es muy difícil hablar de un sector como un solo grupo que actúa de manera inadecuada. Estoy seguro de que hay productores que son conscientes del daño que puede causar quemar en una época no adecuada, pero lamentablemente hay otros que no”, subrayó.
Más allá de los sectores, el profesional apuntó a la aplicación de normativas y lineamientos técnicos que fomenten la restauración del ecosistema.
“Yo creo que tenemos un gran camino que hay que recorrer todavía en Paraguay en el tema de manejo de fuegos. Hay conocimientos que tenemos que generar, me estoy refiriendo a investigación científica, también a capacidades técnicas, prácticas, una inversión pública también en estos temas. El popular dicho: ‘No podemos andar solamente apagando incendios’, tenemos que hacer un esfuerzo de prevenirlos y de manejar el fuego antes de que suceda la tragedia. Y que la sociedad civil acompañe, que se capacite y que cumpla las normativas”.
MÁS INVESTIGACIÓN. Existe un consenso entre los profesionales del área con respecto a la falta de tecnología para monitorear los efectos ambientales de un gran incendio. “Nosotros ahora hablamos de los contaminantes primarios, pero hay otro tipo de contaminantes que son más complejos, los aerosoles secundarios, que ni siquiera podemos medir en Paraguay”, aseguró el doctor en Meteorología Fernando Méndez.
Para analizar este tipo de contaminantes, desde sus efectos en el clima, en los animales y en la salud humana, se requiere de mucha inversión en laboratorios e investigación, de acuerdo con el doctor.
Del mismo modo se expresó el ornitólogo Rob Clay, quien afirmó que el Paraguay aún no cuenta con muchos estudios sobre la migración de las aves a la hora de evitar una zona de incendios.
“En otras partes del mundo, las aves llevan transmisores satelitales que permiten seguir sus movimientos”, detalló. “Esto tiene un costo energético grande, y es un cambio de dirección que puede revertir repercusiones a futuro para las aves, desde la mortandad directa a la falta de hábitat”.
CRISIS COMÚN. “Esta es una situación que nos afecta por igual”, dijo a su vez la estudiante de Biología María Méndez. “Todos lidiamos con el ambiente insalubre, las enfermedades, y también los animales, porque esta zona del Chaco es muy importante para la biodiversidad”.
192 especies de flora se hallan en la zona, entre ellas el mbocayá y el guajayvi rai, alimentos del pueblo ayoreo.
28 especies de mamíferos viven en el área del Monumento. En el Paraguay, la diversidad asciende a 184 especies.