Una paraguaya se destaca en el exterior por su trabajo, nada más y nada menos siendo traductora del Poder Judicial de Francia. Se trata de Liz Araña, quien reside en Europa desde 1996, es de profesión traductora de lengua francesa con excelencia. En una silenciosa pero importante labor, muestra su garra guaraní en este ámbito tan riesgoso y exigente.
“Cuando comencé este trabajo era impresionante ver ciertos casos. Justamente, en los test de selección ya explicaban que si uno no era fuerte para afrontar psicológicamente ciertos casos, era imposible embarcarse a esta labor. Las tareas que nos asignan para efectuar los ítems judiciales son varias”, explicó la compatriota en comunicación con Canal 9.
La compatriota traduce todos los textos y documentos judiciales que ingresan, reconoce que para desarrollar esta labor la persona debe tener mucho coraje y, sobre todo, fortaleza psicológica para afrontar todo lo que va traduciendo. Son cientos de casos con los que se familiariza a diario y lo hace con altura y profesionalismo.
“No solamente son las traducciones judiciales escritas y orales, sino también intérpretes”, señaló la destacada compatriota que desde el 2009 trabaja traduciendo peritajes, homicidios o asesinatos durante los enjuiciamientos, desde el descubrimiento del cadáver, hasta la autopsia.
“Colegas mías me dicen: todo el proceso de homicidio no lo quiero hacer ante el tribunal penal, todo el proceso de autopsia simplemente no lo quiero ver, no me deja dormir. Entonces, a ellos se les asignan tareas un poco más livianas, pero a mí no me molesta eso porque nací en el seno de una familia que siempre estuvo en contacto de todo lo que es el mundo médico”, resaltó la compatriota.
Araña es una destacada profesional en el ámbito judicial, es esposa y madre que no deja de capacitarse a sus 46 años porque asegura que su principal fortaleza es su formación tanto académica como en valores humanos adquiridos desde muy pequeña en su cálido hogar de Paraguay. LA NACION