El negocio inmobiliario en Paraguay pudo seguir moviéndose y no sufrir una asfixia letal, porque las condiciones económicas obligaron a la migración masiva a inmuebles más baratos. Además, un elemento importante fue la capacidad de adaptación y de negociación para mantener los contratos a fin de no perder totalmente los ingresos. En general, los que quedaron sin inquilinos no fueron capaces de sincerar los costos en tiempos de crisis.
En medio de la pandemia del Covid-19, este sector se tuvo que adaptar a la situación para beneficio de los propietarios y de los inquilinos. Esta situación permitió que el rubro no tuviera un impacto devastador. La sección de alquileres de vivienda es la que se mantuvo más movida desde los meses de marzo, pues además de las negociaciones y acuerdos, muchos migraron a inmuebles más baratos.
“Observamos la caída económica, la situación que muchos se quedaron sin empleos o sufrieron descuentos importantes, entonces se retrajo aproximadamente un 15% los alquileres. Eso hizo que se mantenga y que siga movilizado, sobre todo el sector de los alquileres, por la naturaleza que uno necesita una vivienda fue más ágil, que obviamente el de la venta”, remarcó Rosalinn Gallagher de Remax.
Explicó que al analizar la situación económica se planteó a los propietarios la necesidad de cambios, en beneficio de los inquilinos y de los mismos arrendadores. “Una gran mayoría prefirió bajar los costos a dejar de percibir nada y tener los inmuebles desalquilados. Lo que prevaleció fue mantener el contrato y una gran solidaridad y entendimiento hacia el otro”, comentó Gallagher.
Añadió que los inquilinos mostraron los porcentajes de descuento de sus salarios, y ese mismo porcentaje se trasladó al contrato. Para Gallagher “el alquiler salvó”. “Indudablemente los precios están siendo sincerados, y en esta situación difícil e incierta hubo un acompañamiento a los inquilinos con buena aprobación de los propietarios, en general”, indicó Lotty Jariton, de Jariton Inmobiliaria.
Agregó que se llevaron una sorpresa porque hubo un buen movimiento, no comparado con épocas anteriores de normalidad, pero sin la desazón terrible. Manifestó que en los meses de junio y julio se pudieron concretar acuerdos y contratos nuevos, sobre todo en lo que a alquileres se refiere, porque en los primeros meses de confinamiento estricto, marzo, abril y parte de mayo estuvo muy parado.
En este punto coincide Azucena Pérez, de Proviver Inmobiliaria explicó que la crisis de la pandemia trabajo la necesidad de optimizar los costos, lo que ocurrió fue que las personas prefirieron mudarse a lugares más baratos. “Por eso no solamente vemos gran cantidad de carteles de se alquila, sino el gran movimiento de mudanzas” comentó.
Explicó que si bien muchos comercios fueron cerrados de forma definitiva, otros optaron por dejar las avenidas principales cuyos costos eran más elevados y buscar otras opciones. “Hasta que los propietarios no decidan bajar sus precios, van a seguir estando desocupados. El que baja el precio es el que concreta la operación”, sentenció Pérez.
En el mismo sentido, Andrea Hug de Belmont, directora de América Latina Express destacó que lo importante del rubro comercial y de vivienda es la negociación. “Más que nada aquí juega un rol importante la renegociación de las partes involucradas”, refirió.
Hug de Belmont destacó la importancia del asesor inmobiliario en resaltar el valor del inmueble para el dueño, y ver lo que refleja ese retorno de la inversión en ladrillos realizada y esperada, y que ésta no se vea interrumpida en tiempos de crisis.
“Lo importante es centrarse en seguir obteniendo renta al bien, propiedad o locación, y esto solo se logra poniendo las cartas sobre la mesa de ambas partes sincerarse”, refirió la directora de América Latina Express. 5DIAS