Este martes se recuerda el 80 aniversario de la muerte del padre Julio César Duarte Ortellado, declarado en el 2013 siervo de Dios por la Santa Sede. En el 2020 se inició su camino hacia la santidad, proceso que sigue avanzando para su pronta beatificación.
En la ciudad de Ybycuí, Departamento de Paraguarí, se recuerda el 80 aniversario del fallecimiento del sacerdote paraguayo Julio César Ortellado, siervo de Dios, que va camino a los altares.
Nació el 12 de abril de 1906 en la ciudad de Caazapá, a las 15.00 de un Jueves Santo.
Su vocación a Dios empezó desde que era un niño, ya que le encantaba rezar y cantar al Santo Padre, así también acudía a todas las misas como monaguillo. La sencillez de su carácter fue su sello durante toda su vida.
A los 14 años, en 1921, ingresó al Seminario de Asunción y estuvo allí durante seis años. Estudió los cuatro años de Humanidades. Luego, cursó Filosofía durante dos años.
Sus maestros del Seminario lo describían como una persona “agradable, educada, de buen humor y una tremenda serenidad”, a quien le gustaba disfrutar del silencio en las horas de descanso.
El 8 de diciembre de 1926, tras concluir sus estudios en Asunción, viajó a Roma e ingresó en el Pontificio Colegio Pío Latino Americano.
El 27 de octubre de 1927 fue ordenado sacerdote por el papa San Pío X y al día siguiente celebró su primera misa sobre la tumba de San Pedro en la basílica del Vaticano.
En 1931 regresó al país y desde entonces impulsó varios proyectos de desarrollo en los distritos de Paraguarí, además de servir a beneficio de su comunidad.
Entre las obras destacadas del padre Julio se recuerda la creación del Hospital de Ybycuí y el Hogar San José, lugar destinado a niños huérfanos y abandonados.
Desde su rol como presidente de la Comisión de Fomento y Trabajo de Ybycuí llevó adelante la gestión para la reparación de caminos para mejorar la comunicación con lugares alejados.
El siervo de Dios misionó en las parroquias de Mbuyapey, Quyquyhó e Ybycuí, lugares donde “su memoria y testimonios siguen en plena vigencia.”
Según Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), el padre Julio predijo su propia muerte tres años antes. Finalmente, falleció el 4 de julio de 1943, a la edad de 37 años, debido a la enfermedad de tifus.
Su muerte consternó a todas las comunidades donde el padre Julio estuvo durante toda su vida de vocación.
Los que pudieron compartir con él coinciden en que fue un sacerdote con gran espíritu, íntegro, humilde y apasionado por su vocación: servir a Dios.
Sus restos, en principio, descansaron en un cementerio de Caazapá, y años después fueron traslados a la parroquia San José de Ybycuí.
Camino a los altares
El 13 de julio del 2020, el obispo de Carapeguá, Celestino Ocampo, anunció la apertura del proceso de la Causa de la Beatificación del Siervo de Dios Padre Julio César Duarte Ortellado, que sigue avanzando.
Como parte del proceso, la Comisión Canónica debe evaluar los aspectos de la vida, cargos y obras del sacerdote paraguayo.
La misma está integrada por el presbítero Nilson Ortellado, como presidente; la docente historiadora e investigadora Margarita Miró y el docente escalonado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, Santiago Caballero Britos, de acuerdo con la CEP.
Los fieles y sus devotos del Paraguay elevan sus oraciones, esperando que muy pronto se lo declare venerable, para que luego se pueda dar su beatificación y por último “santo”.
Paraguay tiene como su único santo a San Roque González y la primera mujer beata es María Felicia de Jesús Sacramentado, Chiquitunga.
Celebraciones
Las celebraciones por su aniversario de muerte se concentran en la parroquia San José de Ybycuí.
Más temprano se inició la peregrinación de los obispos del Paraguay a la tumba del sacerdote Julio, actividad que se realizó en el marco de la 237ª Asamblea General Ordinaria de la CEP.
La santa misa en su honor se inició a las 9.00 de este martes y es presidida por el cardenal Adalberto Martínez, en la Catedral Inmaculada Concepción de María.
Los fieles acompañan la celebración con pancartas y pañuelos blancos, según se puede ver en la transmisión en vivo de la misa.
Luego, habrá un desayuno comunitario y un festival artístico popular. UH