¿Xenofobia o triste verdad?

Como brasilero debería estar ofendido con las publicaciones de un paraguayo que es candidato para el senado de su país. Todo parece correcto y hasta digno de imitar en su página web www.concertación.org donde dice que “la única alternativa para tener una patria soñada es enamorarse perdidamente del país”, y pregunta, ¿cómo se van a enamorar de lo que no conocen? Deja un enlace a la red social TIKTOK, donde cuenta historias muy interesantes y desconocidas del Paraguay. En algunas de ellas, a simple vista, da la impresión que lleva una campaña xenófoba contra el Brasil.  Los videos son virales y trascienden fronteras

Sin embargo, nobleza obliga a reconocer que, aunque nos moleste, el contenido es un reclamo justo y lleno de razón.

Los brasileros, tenemos una realidad bastante parecida a los americanos, donde, por un lado, transita el sentimiento y la moral del pueblo y por otro, muy diferente, la política exterior de los gobernantes, como si fueran dos países diferentes.

Si hacemos una encuesta en nuestro país, sobre qué opinión tenemos sobre el pueblo paraguayo, todas las respuestas van a apuntar en un solo sentido, un pueblo trabajador, sencillo, de buena gente, apasionado por nuestro país. Seguro que algunos van a lanzar una piada, diciendo que son muambeiros, pero no habrá calificativo negativo, de eso estoy seguro. Es que los brasileros queremos mucho a los paraguayos y ellos también nos quieren, esto es indiscutible.

Entonces, al ver estos videos de Alexis Gallagher, @dralexisgallagher (tiktok). ¿Por qué molesta tanto? ¿Por qué nos sentimos insultados con cada palabra?

La respuesta es muy simple: No se puede tapar el sol con un dedo y es difícil reconocer una verdad vergonzante. Brasil es un país lleno de virtudes, pero, también tiene sus páginas oscuras, tristes de recordar. Entre ellas, está la “Guerra del Paraguay”, que no solo fue una tragedia para esa nación, sino también para la nuestra. En donde el costo fue muy alto para los 4 países involucrados, pero más para el Paraguay que estuvo al borde de su extinción. Los únicos beneficiados de esta historia nefasta de América Latina fueron los banqueros ingleses, todos perdimos mucho en esos 5 sangrientos años. 

Reconocer es de grandes, y tal vez llegó el momento que nosotros examinemos este error del pasado, como ya lo hicieron los uruguayos y argentinos. Los paraguayos se merecen, porque son hermanos y muy queridos por nuestra gente. Escuchar la palabra “perdón” siempre será un bálsamo para quien se considere agredido y más cuando es razonable.

Tal vez la política de Itamaraty considere estrategia no devolver los trofeos de guerra como el cañón cristiano y los archivos secretos, que desde hace tanto tiempo reclaman, pero, esta postura contrasta absolutamente con la visión del ciudadano común que habita y vive el verdadero Brasil.

Reconocer y enmendar no solo dará un sentimiento de redención al pueblo paraguayo, sino que apagara la frustración y el dolor de más de 150 años, a nosotros no nos va a costar más que un acto altruista, pero con este simple paso lograremos un Mercosur más fraterno y equitativo, como debe ser, hoy más que nunca en que el mundo está cada vez más dividido, la unión nos hará un bloque gigante, imparable; un bloque de pueblos hermanos, que se perdonaron, olvidaron el pasado y transitan juntos hacia un gran futuro.

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