Paraguaya fue de intercambio colegial a Europa. Estudió en Taiwán ingeniería ambiental. Su primer empleo fue en Alemania. Hizo posgrados en universidades de EEUU y Brasil. Hoy es responsable en una multinacional para el Cono sur.
Mi nombre es Alma Acosta. Tengo 33 años y soy ingeniera ambiental. Ya cuando tenía entre 14 o 15 años, quería hacer intercambio estudiantil. Y cuando estaba en el primer año de la Media fui de intercambio a Alemania. Ahí me di cuenta de que quería seguir estudiando afuera. Me gustó tener ese contacto cultural con otros países.
Cuando culminé la secundaria, en el 2008, no había tantas becas disponibles. Averigüé en varias embajadas y la mayoría no tenía; era media beca o de posgrado directamente. La de Taiwán era la más completa porque pagaba absolutamente todo. Incluso el primer año de chino. Justo también yo terminé el colegio en el Chiang Kai-Shek. y ya tenía clases de chino ahí.
Para ese entonces, cuando le decía a las personas que voy a intentar irme a Taiwán me decían: ¿Qué vas a ir a hacer allá? Estás loca. Y yo dije, no, yo quiero, voy a probar. Y si no, bueno, voy a volver. Y me fui.
Un nuevo mundo
En la época que yo me fui, uno podía elegir todavía en qué universidad hacer su primer año de chino. Y dije, bueno, voy a elegir una que esté frente al mar, ya que Paraguay no tiene. Y la universidad estaba en las montañas frente al mar, en la ciudad de Kaohsiung, en el sur de Taiwán. Luego me postulé para ingeniería ambiental en cinco universidades. Las cinco me aceptaron y estudié en Tainan, una ciudad también al sur.
El primer año fue súper difícil, especialmente porque el nivel de enseñanza de Paraguay, aunque estés en el mejor colegio, no le supera ni le alcanza al nivel que tienen en Taiwán. O sea, primero yo me tenía que poner a la par de ellos, especialmente con ciencias, ya sea Química, Física, Matemáticas. Yo tenía que volver a casa y buscar algún libro que esté en inglés o que yo pueda tener como referencia y volver a estudiar. Era cuatro veces más el trabajo que hacía una persona que no sea nativo del idioma.
Los profesores me ayudaban un montón, yo me acercaba a ellos, les explicaba mi situación y ellos trataban de darme la opción de otro libro para que yo pueda leer, entender. Y había profesores que me daban los exámenes en inglés para no tener esa desventaja de escribir en chino. Otra experiencia enriquecedora es que teníamos laboratorios en donde realmente podías aplicar directamente lo que aprendías en la clase y había también profesores que te daban la opción de trabajar en el proyecto que ellos estaban elaborando.
Primer trabajo en Alemania
En Taiwán estuve cinco años. Al recibirme apliqué a un masterado y me salió en Alemania. El máster que yo hacía era dual, porque me permitían trabajar tres días y estudiar tres días.
Estudié en Münster, que es el noreste. Pero no es muy caro tampoco estudiar en Alemania. Recuerdo que llevaba 240 euros por semestre. Entonces, si te ponés a pensar no es tanto por semestre, ya te cubría toda la parte del ticket de trenes, de ómnibus.
Tenías descuentos en muchísimos lugares por ser estudiante, también seguros médicos. Con lo que ganabas, te daba superbién para pagar tu universidad y tu casa. O sea, yo quería luego hacer eso, yo no quería más irme por una beca porque la beca a veces te limita a trabajar. Como yo ya era ingeniera, quería aplicar lo aprendido directamente. Estaba trabajando en una planta de tratamientos de residuos sólidos, que se procesaban para convertirlos en energía, por ejemplo, el plástico pasa a ser un combustible.
En el 2016, cuando vine de vacaciones a Paraguay uno de los ingenieros que estaba en el parque tecnológico Itaipú me comentó que él quería hacer también una planta de tratamiento de residuos dentro del parque, pero que ya iba a servir para las ciudades aledañas en el Este. Y a mí me interesó eso porque yo sabía que en Paraguay prácticamente no hay una planta de tratamiento, así como las que yo conocía.
Me contrataron como consultora para hacer ese proyecto modelo. Estuve trabajando con eso prácticamente nueve meses, pero el 2018 hubo el cambio de gobierno. Y bueno, se canceló el proyecto que yo estaba haciendo.
Pero en cuestión de días me ofrecieron otro trabajo, en la ONG holandesa Solidaridad, sobre agricultura sustentable. Nunca trabajé en esa área, pero sí sabía de las bases, de lo que podría ser un análisis de ciclo de vida, de los diferentes tipos de materiales. Ahí me metí en el agro en el 2018.
Fue increíble, porque yo venía de una parte súper técnica y pasé a trabajar con agricultura, a aprender sobre agronomía, sobre tratamientos de suelo, buenas prácticas agrícolas, agricultura regenerativa, silvopastoril. Y cada vez me metía más en el tema y me gustaba más. Tenía mucho más trato con los diferentes productores, con las diferentes empresas que trabajan para el agro y los productos y subproductos.
Empecé a trabajar con todo lo que sea análisis de riesgos ambientales y sociales, con los bancos que también hacen ese análisis de riesgos. Hice también diplomado sobre agro y medio ambiente. En el 2022, como yo ya trataba con Cargill, la empresa me ofrece un nuevo puesto. Y ahora mismo soy responsable de la parte de sustentabilidad de Cargill para Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay.
Ahora trabajo con lo que es agricultura regenerativa, sigo trabajando con análisis de riesgos ambientales y sociales, dependiendo de los proyectos que vengan. Trabajo con agricultura baja en carbono, hago proyectos de agricultura de precisión para estos cuatro países que estoy cubriendo.
Invertir en conocimiento
Vale la pena invertir en estudios, no quedarse solamente con lo que uno tiene, sino que ir aumentando cada vez más el conocimiento, tal vez en áreas que no tienen nada que ver con lo que estás haciendo ahora, pero que te pueda servir.
Mi consejo para los jóvenes es que inviertan en la formación y si tienen opciones de aplicar a becas para el extranjero mejor, porque te abre la mente para explorar nuevos mundos, nuevos mercados, para adaptarte a nuevas situaciones, se te desarrollan más habilidades blandas porque tenés como otros obstáculos. También estudiar idiomas, porque si tenés el conocimiento técnico y le agregás el manejo de otros idiomas, tenés más oportunidades.