Un disparo en la nuca y otro en la sien. La ejecución el 4 de enero de 2016 de dos hombres en un piso de Terrassa (Barcelona), víctimas de un único disparo cada uno, fue el inicio del final para una de las redes mafiosas georgianas más arraigadas en España. Una operación iniciada por la Fiscalía Anticorrupción y llevada a cabo por Mossos d’Esquadra y Policía Nacional permitió ayer la detención en Cataluña y Madrid de 23 personas, todas pertenecientes a la red liderada por Kakhaber Shushanashvili, un ‘ladrón de ley’ -como se conoce a los jefes mafiosos en Europa del Este- preso en Francia y condenado a 15 años en España.Los dos cadáveres encontrados hace casi dos años también formaban parte de la misma red, uno de ellos el de un guardaespaldas y lugarteniente de Shushanashvili. Su nombre fue el que permitió a las unidades contra el crimen organizado de los Mossos y la Policía seguir el rastro de una red dividida -los ejecutores del doble homicidio pertenecen a una de las escisiones- pero también una de las mas activas. Los investigadores les atribuyen blanqueo de capitales, extorsión y asaltos a viviendas cuyos botines enviaban al mercado negro de Georgia través de locales de paquetería. Dos de dichos negocios fueron registrados ayer y su responsable está entre los detenidos. Además de ser clave en el envío de joyas y relojes, los investigadores le consideran clave al ejercer de tesorero de una suerte de ‘caja común’ de la organización.De los mismos fondos salía el dinero para ayudar a las familias de los miembros del grupo encarcelados. También el sueldo que hasta ahora cobraba la mujer de Shushanashvili, Katerina M., quien recibía 6.000 euros mientras su marido está en la cárcel, informa Europa Press.
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