Tristeza y llanto de paraguayos detenidos en el Brasil
Se trata de Carlos González (39) y Carlos Franco (47), quienes están recluidos un calabozo policial de puerto Murtiñho. Ambos están dentro de una pequeña celda de 2×2 metros cuadrados con sanitario y en compañía otros presos.
Nos permitieron conversar con ambos, pero previa requisa de nuestros aparatos telefónicos, cámara fotográfica y grabadora, la entrevista estuvo acompañado de los cónsules paraguayos Cesar Fiori y Miguel Ángel Green.
El primero en salir a dialogar con nosotros fue Carlos González, quien no pudo contener el llanto al señalar que estaba recluido en forma injusta ya que solo procedió a buscar a su cuñado, el otro detenido, a bordo de su embarcación para traer sus pertenencias de trabajo por termino de labor en una estancia paraguaya.
Carlos Franco se mostraba un poco más tranquilo o al menos lo intentaba, dijo que trabajaba desde hace 2 años en el establecimiento ganadero Cerrito de la familia Valinotti y pidió a su cuñado sus servicios de flete para llevar todos sus enseres y con el dinero ahorrado en todo este tiempo de trabajo pensaba construir para su casa en Fuerte Olimpo.
Ambas personas, coincidieron en señalar que su detención por los uniformados brasileños fue en territorio paraguayo y a escasos dos kilómetros de llegar a su comunidad en Fuerte Olimpo.
El cónsul Cesar Fiori les explicó a los paraguayos que fueron acusados por la justicia brasileña por portación de armas y que el caso atenderá un juez federal. Los compatriotas serán llevados a Ponta Porã atendiendo que en Murtiñho no se cuenta con juez federal.
Los detenidos, en un gesto de buena predisposición de los uniformados de la sede policial, pudieron comunicarse por teléfono con sus familiares que están en Fuerte Olimpo, aunque sea por unos minutos.