La normalización de la cosecha de soja será el principal impulsor para que la economía paraguaya crezca 3,5%, según Mario Mesquita, economista jefe de Itaú Unibanco. Además, sugiere avanzar en la formalización.28 DE ENERO DE 2020 – 01:00
“Somos optimistas respecto al crecimiento de este año. Proyectamos un crecimiento del PIB de 3,5%, tras un crecimiento nulo en 2019”, señaló Mesquita respecto a las estimaciones realizadas por la entidad financiera sobre la economía paraguaya.
El economista jefe de Itaú respondió de esta manera a las consultas de ABC Color sobre nuestro país y de las discusiones llevadas a cabo sobre la economía de América Latina, en el marco del Foro Económico Mundial desarrollado en Davos, Suiza.
Mesquita sostiene que la normalización de la cosecha de soja, luego de un año de sequía será el principal impulsor del crecimiento. “Hacia adelante, pensamos que la formalización de la economía ayudaría a una mejor distribución de los ingresos. El trabajo formal no solo permite al Estado recaudar más, sino que permite al trabajador acceder a mejores condiciones de crédito”, expresó ante la consulta de que sugerencias podría dar para que el país avance en un desarrollo que llegue a los estratos más bajos de la sociedad.
Insistió en que la formalización de la economía y del empleo ayuda a una distribución del ingreso más justa. “Por parte de las empresas, es necesario que cambien sus horizontes temporales y miren más allá de los beneficios a corto plazo para alcanzar un crecimiento de largo plazo”, afirmó.
A su criterio, terminar con el contrabando fronterizo representa un desafío para Paraguay y el Estado tiene el mandato de mejorar el ambiente de negocios para atraer mayor inversión extrajera. “Por su parte, un mayor involucramiento del sector empresarial resulta clave para alcanzar un crecimiento sostenido de largo plazo”, puntualizó.
Contexto mundial
Mesquita considera que en el contexto mundial de desaceleración y crecimiento limitado para América Latina, la integración comercial es clave para que los países en desarrollo puedan alcanzar un crecimiento sostenido. “Pasar de un esquema de integración regional a uno de mayor escala (por ejemplo, firma de acuerdos con países desarrollados) permitiría a los países en desarrollo alcanzar una matriz productiva más compleja”, indicó.
Con respecto a si existen iniciativas de incentivos económicos para países que reduzcan sus emisión de gases de efecto invernadero, explicó que el financiamiento provisto por Green Climate Fund (GCF) es un incentivo adicional para que los países avancen en tomar medidas para mitigar los efectos del cambio climático.
“Paraguay ya obtuvo beneficios por su política ambiental en materia de conservación. En la actualidad existen programas de diversas instituciones que ofrecen financiamiento para reducir la emisión de gases. Algunas de ellas son, la ONU, el BID, el Banco Mundial, el GCF, el Banco Mundial, entre otros”, añadió.
Nivel de educación es una traba
Mesquita sostiene que la inversión en investigación y desarrollo (I+D) es determinante de cara a la nueva era digital. “Si bien la inversión aumentó en América Latina en los últimos años, el crecimiento fue menor al exhibido por los países desarrollados, aumentado la disparidad. A modo de ejemplo, mientras en los países desarrollados el gasto en I+D promedia 2,5% del PIB anual, en América Latina se ubica en 0,7% del PIB y en Paraguay alcanza el 0,2%. Puntualmente, una de las principales trabas que encuentran las empresas privadas radicadas en Paraguay es el nivel de educación de los recursos humanos, factor determinante de cara a la nueva revolución”, expresó el economista. ABC