¿Qué somos sin el agua?
Posteado por Carlos Riquelme
El recordatorio del “Día Mundial del Agua” 2017, nos lleva a detenernos y reflexionar sobre el tema, no para dar cumplimiento a la agenda, sino porque el agua representa para los seres humanos un punto en la supervivencia de la humanidad.
El papa Francisco recientemente se preguntaba en la sesión de clausura del Seminario Internacional sobre el Derecho Humano al Agua, organizado por la Pontificia Academia de las Ciencias: “Yo me pregunto si en medio de esta tercera guerra mundial a pedacitos que estamos viviendo, no estamos en camino hacia la gran guerra mundial por el agua”, y remarcó: “Las cifras que las Naciones Unidas revelan son desgarradoras y no nos pueden dejar indiferentes: Cada día mil niños mueren a causa de enfermedades relacionadas con el agua, millones de personas consumen agua contaminada”.
Históricamente el conflicto israelí-palestino, de acuerdo a los expertos, en este tipo de conflictos y el propio discurso sobre la política hídrica en Oriente Próximo, sostienen que la escasez de agua ha sido uno de los factores clave en el proceso de negociación para la paz en la zona. En muchos países del continente africano el agua es uno de los factores críticos que pone en entredicho la convivencia entre los pueblos. En el caso Latinoamericano el horizonte es crítico en relación al agua, no tanto por la escasez, sino por la contaminación imperante, así como ocurre en Paraguay.
Una muestra del desprecio por el líquido vital en nuestro país, lo vemos representado en la deplorable situación en que se encuentran los cursos hídricos del país. Nada más contemos uno por uno los arroyos que están en la cuenca del Lago Ypacaraí, todos, absolutamente todos, están en una calamitosa situación. La realidad más penosa lo representa el Acuífero Patiño seriamente contaminado, de la que depende Asunción y el resto de los municipios del Departamento Central.
La gestión del agua en el Paraguay adolece de dos enfermedades casi incurables, la primera guarda relación con la poca información de la gente, que por desconocer las nefastas consecuencias que acarrea el mal uso del recurso vital, desperdicia y contamina agua de la que depende la misma gente. A veces el ciudadano desconoce que el agua es un recuso que ayuda a elevar las condiciones de vida de las personas, sobre todo cuando se lo refiere a la salud, y al afianzamiento de las realizaciones y logros de la gente. El otro factor que juega en contra de asegurar el resguardo del agua de la cual pende el bienestar de la sociedad, es la poca importancia que las autoridades le asignan a este recurso prioritario. Entre aquel y éste, el segundo es el causal de los grandes destres ambientales de nuestro país.
Ante los perores escenarios posibles de falta de agua, allí cuando la garganta clame por una gota de agua potable, y los labios se cuarten por la falta del líquido vital, con seguridad aflorará el gran cuestionamiento de nuestra supervivencia ¿qué somos sin el agua?