Con restos de azulejo, balitas de cristal, tapas de gaseosas, caña y cerveza, además de mucha pintura e irreverente ingenio, el pintor popular Teodoro Meza, del equipo de artesanos de Tañarandy, diseñó y construyó un original baño doméstico en San Ignacio, Misiones. Su maestro Koki Ruiz destaca que la obra tiene “influencias de Gaudí”.
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Teodoro Meza, junto al baño que diseñó y pintó en el fondo de su casa, en San Ignacio. | Foto: Andrés Colmán/ÚH
Por Andrés Colmán Gutiérrez – @andrescolman | Video: Ylda R. Miskinich
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“Hay mucha gente que se va al baño y aprovecha para leer un libro o para reflexionar sobre la vida. Entonces, ¿por qué no aprovechar este lugar para que puedan apreciar también una obra de arte?”, se preguntó un día el pintor popular ignaciano Teodoro Meza, y a partir de este planteamiento casi filosófico, se le antojó construir lo que él denomina “el baño más artístico del Paraguay”.
Teodoro proviene de una familia humilde y trabajadora, que desarrolló su talento artístico desde niño de manera totalmente empírica y autodidacta, hasta que conoció al pintor Koki Ruiz, artífice de la intervención cultural en la comunidad de Tañarandy, principal realizador de los promocionados eventos artísticos y religiosos de Semana Santa, y entonces se unió a su equipo de creadores populares.
En su modesta vivienda, en San Ignacio, Teodoro tenía un baño rústico, tipo letrina, y deseaba construir uno más cómodo y moderno, de ladrillos y cemento.
Se lo comentó a su maestro, Koki, quien le prometió ayudar con los ladrillos para la construcción, pero le lanzó un desafío: “Que sea un baño bonito, que corresponda a un gran artista como vos”.
Eso hizo que Teodoro deje volar su imaginación creativa para diseñar el baño de sus sueños.
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Hacer arte con materiales reciclados
El pintor empezó a juntar restos de azulejos de colores, balitas de cristal de esas con las que los mita’i juegan en los recreos escolares, tapitas de botellas de gaseosas, cervezas y caña (varias que él mismo ayudó a vaciar, según cuenta con una sonrisa pícara) y mucha pintura.
Primero, con la ayuda de amigos albañiles, levantó lo que sería un sanitario común, en el fondo del terreno de su vivienda.
Luego empezó a pintarlo y adornarlo, hasta que la pequeña construcción se convirtió en una casita resplandeciente de brillos y colores.
Para la puerta del baño utilizó la puerta de un viejo ropero de madera, al que le agregó una pequeña cortina corrediza.
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A modo de invitación pintó por la puerta la caricatura de un sonriente water de color blanco.
“Si la gente va a pasar al baño, que lo haga con una sonrisa”, explica.
Su idea es que, al utilizar materiales reciclados, la gente tenga presente que todo puede servir para la creación artística, aun elementos que muchos consideran ya tirados a la basura.
“Con este trabajo quiero llamar la atención para que cuidemos más el medio ambiente”, indica.
La obra aún no está totalmente terminada, Teodoro quiere agregarle diseños interiores y más detalles, pero lo irá haciendo de a poco, entre descansos de sus otros trabajos.
Uno de los primeros en apreciar la obra fue Koki Ruiz, quien alzó una foto en su perfil de Facebook, felicitando a Teodoro, y destacando que su obra tiene “influencias de Gaudí”.
Un creador autodidacta
Teodoro Meza es uno de los artistas pioneros que dejaron sus huellas en las primeras intervenciones artísticas en la comunidad de Tañarandy, junto al desaparecido pintor popular Cecilio Thompson, cuyas obras con estilo de arte naif siguen dando identidad al pueblo.
Muchas de las pinturas de Teodoro Meza adornan las paredes de la capilla de Tañarandy, incluyendo una puerta falsa que ha logrado engañar a más de un visitante.
“Antes de conocer a Koki Ruiz, yo nunca supe lo que era pintar sobre lienzo, ni conocía los estilos de pintura que existen. Él me contó que mi estilo de pintar es aipó hiperrealismo mba’embo”, relata el artista. Sus hijos, Ramonita y Alexis, son continuadores de su talento creativo e integran el equipo del taller La Barraca y el teatro El Molino.
Ramonita trabajó junto a la pintora Macarena Ruiz en la elaboración de los enormes cuadros de pintura realizados con granos de poroto, locro, sorgo y alpiste, que se exhiben en el gran retablo de Semana Santa en Tañarandy.
Teodoro, además, está trabajando en un gran mural al aire libre, con la misma técnica de materiales reciclados que usó en las paredes de su baño, y que se exhibirá al costado del Yvaga Rapé, por donde pasará la procesión del Viernes Santo.UH
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