Mejoró el clima económico en las mayores economías de América Latina entre julio y octubre, pero sigue en la zona “desfavorable”, según el último informe elaborado por la brasileña Fundación Getúlio Vargas (FGV) y el Instituto de Estudios Económicos (Ifo) de la Universidad de Múnich en Alemania.
Para el grupo de las economías menores, el ICE mejoró para Ecuador, Paraguay y Uruguay, pero solo Paraguay presenta un saldo positivo. La mejora de Paraguay y Uruguay es influenciada por los resultados de Brasil y Argentina, que son importantes mercados para esos países. En Bolivia, el clima económico empeoró, pero continuó favorable.
El índice local llegó a 31,0 puntos en octubre de los 28,2 puntos de julio de este año, mientras que la región pasó de una caída de 21,1 puntos en julio a una retracción de 10,7 puntos en octubre, una mejoría aunque todavía negativa.
En octubre anterior, el clima más favorable para los negocios se registró en Chile (44,4 puntos), aunque la FGV resaltó la mejora en Brasil y Argentina. “Destacamos los casos de Brasil y Argentina, donde queda clara la influencia de los factores domésticos para explicar la mejora del ICE”, señaló el informe.
En Brasil, principal economía de la región, el ICE sigue negativo desde julio del 2013, con un breve intervalo en enero del 2018, cuando se esperaba un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3%.
En octubre pasado, el índice fue de menos 33,8 puntos, aunque mejoró respecto a los menos 45,9 puntos de julio. Luego de que Jair Bolsonaro resultó presidente electo de Brasil, el Índice de Expectativas mejoró al pasar de menos 23,5 puntos a 5,9, aunque el Indicador de Situación Actual (ISA) bajó 10,2 puntos.
El informe analizó los principales problemas que hay en América Latina para un mayor crecimiento económico. Estos problemas son la falta de innovación, detectada en los 11 países analizados, así como infraestructura inadecuada en nueve países.
Consideró también corrupción (nueve países), falta de competitividad internacional (nueve países), falta de mano de obra calificada (ocho países) y falta de confianza en las políticas del gobierno (siete países). LN