Según Hacienda, los programas Ñangareko, Adulto Mayor y las dos versiones del Pytyvõ evitaron que alrededor de 232.000 personas cayeran en la pobreza y unas 183.000 en extrema pobreza.
Los programas de transferencia de subsidios o pagos directos implementados el año pasado por el Gobierno nacional, tras la declaración de emergencia nacional por la pandemia de Covid-19, impactaron positivamente en el aplacamiento de los indicadores de pobreza, según un informe presentado por el Ministerio de Hacienda, y ayudaron a evitar que unas 232.000 personas más caigan en el rango de pobres.
Al mismo tiempo, el informe afirma que sin estos subsidios, unas 183.000 personas hubieran entrado en el rango de extrema pobreza.
El informe toma como referencia los indicadores de pobreza difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el martes pasado, y hace una comparación entre los porcentajes de la pobreza estimada para el 2020 y como disminuyeron los porcentajes mediante los programas de ayuda implementadas por el Gobierno Nacional, como Tekoporã, Ñangareko y las dos versiones del Pytyvõ.
“Si no hubiera existido estas tres transferencias en el 2020, el nivel de pobreza hubiera aumentado del 26,9% (como se encuentra ahora) al 30,1% de la población. Estos programas permitieron que la pobreza sea de 3,2 puntos porcentuales menos, que representan aproximadamente 230.000 personas menos en condición de pobreza”, indicó Juan José Galeano, director de Estudios Económicos de la Subsecretaría de Economía del Ministerio de Hacienda.
Galeano hizo la presentación del informe junto con Iván Haas, viceministro de Economía de la cartera de Hacienda; y Viviana Casco, titular de la Secretaría Técnica de Planificación (STP).
Contención. Según los datos tomados del INE; el nivel de pobreza es del 26,9%, que sin la implementación del programa Tekoporã, que otorga una ayuda bimestral con montos inferiores al 25% del salario mínimo, el nivel de pobreza hubiera llegado al 27,5%.
En tanto que sin el plan de ayuda a Adultos Mayores, que otorga un incentivo mensual del 25% del sueldo mínimo, la pobreza llegaría al 28,2%, mismo porcentaje al que se hubiera llegado sin la entrega de las dos versiones del Pytyvõ.
Esto concluye, según acotó Galeano, que sin la entrega de ninguna de estas transferencias gubernamentales, el nivel de pobreza llegaría al 30,1%, o sea 232.966 personas más estarían dentro del rango de pobreza.
Pobreza extrema. Igualmente, según Galeano, las transferencias de dinero de parte del Gobierno jugaron un rol preponderante en la contención de la pobreza extrema, que llega a un 3,9%, que sin Tekoporã hubiera llegado a 4,6%; sin Adulto Mayor a 5,0%; y sin Pytyvõ a 4,5%.
Esto demuestra que sin las tres transferencias, se hubiera llegado a un nivel de pobreza extrema del 6,4%, o sea un 2,5% más, lo que equivaldría a 183.936 personas que hubieran ingresado en 2020 al rango de pobres extremos.
“Por lo tanto podemos mencionar que las transferencias juegan un rol importante en la contención de la pobreza extrema. Se implementaron medidas sin precedentes como el Pytyvõ en sus dos ediciones, que benefició a 1.561.672 trabajadores vulnerables”, especificó Galeano.
Añadió que mediante las dos versiones del Pytyvõ, 7 de cada 10 trabajadores informales recibieron el pago del subsidio, mediante el cual se distribuyeron un total de USD 351,7 millones, lo que representa 1% del PIB, según el funcionario de Hacienda.
Mientras que el programa Ñangareko benefició a 285.769 personas, por un monto total equivalente a USD 26 millones; al tiempo que el Tekoporã pagó a 164.309 familias beneficiarias un total de USD 64 millones; y el de Adulto Mayor subsidió a 219.780 beneficiarios por un monto total de USD 218,4 millones. “Es destacable que el Pytyvõ llegó a los 17 departamentos del país y a todas las ciudades; es decir que en todas las ciudades tuvimos al menos un beneficiario”, concluyó.
“Las ayudas son transitorias y volverán a la pobreza”
Con la situación de pobreza y desigualdad que existe en Paraguay, sin duda, los subsidios pagados por el Gobierno inciden en las estimaciones de pobreza, al tratarse de una medición de los niveles de ingresos de las familias, estimó el economista Luis Rojas.
Expresó que las ayudas como Tekoporã, Adulto Mayor y Pytyvõ son transferencias monetarias, pequeñas en general, pero que fueron ayudas de emergencia ante la falta de empleos y salarios, que permiten que de una manera muy transitoria las familias tengan un ingreso que la califiquen como no pobres o por fuera del nivel de pobreza. “Pero eso es transitorio, o sea una vez que se corta el subsidio, baja nuevamente su nivel de ingreso y entra otra vez en situación de pobreza. Pero aquí lo que no se dice tampoco es que las familias tienen que financiar de sus bolsillos muchas cosas que el gobierno no financia como la salud pública, por las deficiencias del sistema, que se nota más que nunca por el Covid-19”, expresó.
Rojas añadió que el informe de Hacienda no hace mención de que esas ayudas no son sostenibles en el tiempo, debido a la baja presión tributaria del país. La recaudación es insuficiente porque el Gobierno exonera muchos impuestos o cobra bajo niveles a sectores de alta rentabilidad. “El otro aspecto es el endeudamiento del Estado. En el 2020, Paraguay se endeudó como nunca, más de USD 3.000 millones en un solo año, más del 10% del PIB, que fue lo que evitó una mayor caída de la pobreza, pero eso se convirtió en deuda, o sea en una carga más que deberá arrastrar el Estado”, sentenció Rojas.
En el mismo sentido, el economista Aníbal Insfrán Pelozo opinó que los subsidios estatales pueden ayudar, más que nada, a contener la pobreza extrema, aunque ve muy difícil que pueda volver a repetirse el esquema de pagos de subsidios del año pasado. “Es cierto que la economía de alguna manera ya está en movimiento, aunque la situación siga siendo difícil y creo que, en general, como resultado de la pandemia, los pobres van a seguir aumentando”, dijo. UH