El Parque Nacional Cerro Corá cuenta con solo nueve guardaparques para una extensión de más de 5.000 hectáreas. La responsable del equipo contó cómo deben realizar un incansable trabajo para combatir el fuego, en medio de varias limitaciones y dificultades.
Luego de varios días de haberse originado un voraz incendio, finalmente este lunes la situación tuvo una notable mejoría en el Parque Nacional Cerro Corá, ubicado en el departamento de Amambay.
La labor titánica de los bomberos voluntarios, guardaparques y personal de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) fue de vital importancia para lograr contener las llamas, luchando contra las condiciones climáticas adversas.
Perla Vázquez, jefa de guardaparques del Parque Cerro Corá, en entrevista con el canal GEN señaló que el trabajo lo tuvieron que realizar con mochila y herramientas forestales en mano, ya que los carros hidrantes no pueden entrar por la dificultad del terreno.
“La vida que llevamos los guardaparques y bomberos forestales es combatir hasta donde podamos, comer 10 o 20 minutos y después volver otra vez al bosque”, manifestó Vázquez, quien es oriunda de la ciudad de Pilar.
En caso de que existan fuertes vientos, deben hacer una retirada y volver a retomar las labores de combate al fuego cuando las condiciones estén mejores.
Ayer estuvieron combatiendo en campo hasta alrededor de las 23:00 horas y volvieron a levantarse para retomar sus labores del día a las 04:00 de hoy, indicó.
Perla es la única mujer en el equipo de guardaparques del Parque Nacional Cerro Corá y tiene a su cargo coordinar a otros 8 hombres, quienes la acompañan para cumplir con la importante misión de preservar este santuario verde.
Según contó, los guardaparques contratados ganan apenas el sueldo mínimo (poco más de G. 2 millones) y los nombrados llegan a G. 6 millones. En su caso, se encuentra contratada desde hace 7 años.
Los contratados poseen un vínculo laboral que dura solo 12 meses (al igual que en la función pública), por lo que al cerrar el año viven con mucha incertidumbre por el hecho de no saber si les renovarán sus respectivos contratos. “Nuestro temor cada fin de año es si vamos a entrar o nos quedamos afuera”, admitió.