En esta entrevista, conozca la impresión de un conocido senador de frontera sobre lo dicho por el narco De Souza.
Conversamos con el presidente de la Comisión de la Lucha contra el Narcotráfico del Senado, quien con una actitud temerosa, pero también de manera abierta se anima a hablar del narcotráfico, especialmente en la zona de Amambay. Acevedo es un senador que algunos involucra o lo menciona como un ex protegido de poderosos narcotraficantes de frontera, también ya fue víctima de algunos atentados contra su vida por parte de sicarios que lo volvió en un hombre cauteloso cuando es consultado sobre el tema narcotráfico y sus poderosos nexos con la política y los agentes de seguridad del país. Sin embargo, en esta entrevista, Acevedo se anima a referirse sobre las polémicas denuncias del narcotraficante Ezequiel De Souza, quien el pasado año lanzó serias acusaciones contra políticos, fiscales, periodistas y contra actuales encargados de la seguridad del país como protectores del crimen organizado, pero cuyas denuncias no fueron reveladas al público en general por los receptores, es decir, los senadores Arnoldo Wiens y Arnaldo Giuzzio, y mucho menos investigadas por los agentes fiscales o los encargados de la seguridad interna del país. Todo esto por razones desconocidas o tal vez fuertemente presumidas por la gente común, que es la elección criminal y personal de amparar al narcotráfico, que aporta mucho dinero al protector.
–Como presidente de la Comisión de Narcotráfico del Senado, ¿cómo toma las repercusiones que tuvo la entrevista de los senadores Arnoldo Wiens y Arnaldo Giuzzio con el narcotraficante Ezequiel De Souza?
–Yo creo que es bastante importante que se haya dado a luz esta conversación, ojalá que las instituciones encargadas investiguen, principalmente la Fiscalía en este caso. Es muy rico en detalle todo lo que él (De Souza) ha dicho, donde involucra no solamente a políticos sino también a miembros de la seguridad del país y otros sectores, inclusive narcotraficantes, que aparecen en esa grabación y que deben ser investigados. Por encima de cómo se grabó, porqué se grabó o cómo salió en los medios, lo más importante que eso es investigar todo detalladamente, todo lo que está en observación.
–¿Es creíble la versión de De Souza?
–Es un dato que yo siempre he dicho, que se maneja, que se sabe en la frontera, principalmente no solamente comentarios sino que son cosas que nosotros vivimos en la frontera, son cosas que sabemos, pero muchas veces no podemos hacer mucho porque justamente tropezamos con la corrupción que existe en la Fiscalía, en la Policía, en la Senad, en las protecciones políticas y hasta de la prensa, sectores de la prensa. Entonces es bastante difícil enfrentar una situación de éstas, por eso ocurrieron ya muchas muertes por todo este tema. Ojalá que tomen en serio esto los tres poderes del Estado y que no sea solamente para atacar a fulano que es narcopolítico o mengano que está en la narcopolítica sino que sea para resolver el tema del narcotráfico que está causando mucho daño a nuestro país.
–¿Por qué cree que Luis Rojas, de la Senad, apeló a los senadores y no al propio presidente de la República, al ministro del Interior o a la Fiscalía?
–(Luis) Rojas siempre habló con nosotros acerca de esta situación, inclusive venía diciendo antes de salir las grabaciones, decía que el día que De Souza abra la boca el país se va incendiar, nos decía eso, tal vez yo en ese momento no estaba en la capital y como que esta persona quería una protección, porque se sentía amenazado, se fueron dos colegas de la Comisión.
–¿Cree que Rojas tuvo más confianza hacia los parlamentarios?
–Yo creo que Rojas también siempre se sintió respaldado por la Cámara de Senadores, por la Comisión de Lucha contra el Narcotráfico, nos proveyó de los datos de los narcopolíticos, entonces debe tener también una afinidad con el senador Giuzzio con quien también trabajaron juntos cuando Giuzzio era fiscal, y este a su vez le invitó al senador Wiens, también de la Comisión.
–¿Por qué cree que la Fiscalía no investigó la denuncia realizada por De Souza?, ya que según Wiens, el comisario Gilberto Fleitas derivó el caso al fiscal Carlos Alcaraz.
–En una parte de la grabación que escuché, el propio Rojas dice que esto ya tiene conocimiento la Fiscalía, esto que ustedes están escuchando ya tiene conocimiento la Fiscalía, la DEA, el ministro del Interior, le dice a los senadores. No sé qué habrá pasado, por qué no se investigó, tendría que ser lo correcto, investigar en base a lo que ellos ya manejaban, lo de la grabación no es nada nuevo. Se le contó en ese momento a los senadores Wiens y Giuzzio, pero era cosa que se venía manejando mucho tiempo.
–¿Por qué cree que la Fiscalía no investigó?
–En nuestro país la Fiscalía no funciona, no se investiga este tipo de cosas y hay mucha corrupción, lo que dice Ezequiel es la pura verdad. En Amambay nosotros sabemos que no existe un fiscal confiable, que todos están al servicio del narcotráfico, entonces creo que es muy difícil este tema. Es una de las instituciones de nuestro país que no cumplen con su función.
–¿Se puede considerar entonces las acusaciones que De Souza lanza contra el actual viceministro de Seguridad Interna, Javier Ibarra, que en su época de fiscal recibía coimas en Pedro Juan Caballero?
–Yo tengo entendido, no tengo corroborado, este viceministro tiene un pariente en la Senad y es él el que le hacía contactar con grandes narcotraficantes, inclusive como viceministro habría ido a visitar a un poderoso narcotraficante en la frontera, en Pedro Juan Caballero. Yo le comenté una vez esto al ministro del Interior (De Vargas) que había ese comentario en Pedro Juan Caballero.
–¿Cómo se llama esta persona, el cuñado de Ibarra?
–No me acuerdo del nombre, pero es uno de los nombrados por De Souza.
–¿Quién es el narco a quien supuestamente visitó el viceministro Ibarra?
–Es alguien nombrado también por De Souza. No me acuerdo del nombre, pero es uno de los nombrados.
* (La segunda parte de la entrevista a Acevedo será publicada mañana en donde habla de quien aparentemente protegía a De Souza).LA NACION.
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