Han pasado casi 80 años del final de la Segunda Guerra Mundial, pero las interrogantes sobre cuál habría sido realmente el destino del máximo responsable del conflicto, Adolf Hitler, no se disipan. Entre las varias versiones sobre su muerte, en esta entrega de Mito o Realidad el investigador y escritor Claudio Velázquez analiza la hipótesis que sostiene que el líder nazi logró huir de Alemania y llegó al Paraguay.
Para fines de abril de 1945, era humanamente imposible escapar de Berlín, ya que la capital alemana estaba rodeada por aire y tierra por los soviéticos que buscaban darle caza. Por lo que sabemos de Hitler, es muy plausible asumir que no hubiera corrido el mínimo riesgo de ser atrapado por sus adversarios comunistas y ser exhibido ante el mundo como un trofeo de guerra.
Hasta 1990 no se sabía con certeza el paradero de sus restos mortales, lo cual alimentó el misterio sobre su muerte. Recién tras la caída y disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) se tuvo acceso a los archivos y se publicaron informaciones que hasta entonces eran estrictamente confidenciales.
Los primeros precursores del mito de su escape a Sudamérica fueron los propios soviéticos. Esta versión fue propagada de manera interesada por el régimen bolchevique para legitimar la ocupación de Berlín ante la latente amenaza nazi que suponía un Hitler en carácter de prófugo.
Cuando el presidente de los Estados Unidos, Harry Truman, preguntó a Joseph Stalin en la Conferencia de Potsdam si Hitler estaba muerto, el líder soviético respondió que no. Sin embargo, esto era una mentira, pues sus restos ya fueron encontrados el 4 de mayo de 1945 y esta conferencia se inició el 17 julio de aquel mismo año.
Quema de restos
Artur Axmann, jefe de las Hitlerjugend (Juventudes Hitlerianas), oficial cercano al Führer, es quien cuenta haber encontrado a Hitler y su esposa Eva Braun muertos luego del suicidio, ambos con la mandíbula colgada. Auxman cuenta que los restos fueron sacados a la superficie, rociados con gasolina y luego quemados mientras pronunciaban un ¡Heil Hitler! Axmann empieza a relatar sus memorias en 1985.
Al poco tiempo del hallazgo de los restos de Hitler, los soviéticos los sometieron a diferentes estudios para confirmar si se trataba de los mismos y todos arrojaron resultado positivo. La dentadura de Hitler estaba casi intacta y Kathe Heusermann, asistente de Hugo Blashke, dentista de Hitler, no tardó en confirmar: “Estos son los dientes de Adolf Hitler”.
Blaschke y Heuserman asistían periódicamente a Hitler por sus problemas de caries y reconocerían perfectamente su dentadura. A esto se suma que contaban con radiografías dentales del líder nazi.
Los restos del extinto dictador alemán permanecieron en la URSS hasta abril de 1970, hasta que los mismos soviéticos, tal vez temerosos de fanáticos nazis, se deshicieron de ellos.
En noviembre de 2000 se desvelaron algunas pertenencias de la KGB, entre las que se encontraron el cráneo y la dentadura. En 2017, un estudio de investigadores franceses confirmó que un fragmento de un cráneo que presentaba correspondencias con radiografías suyas de 1944 presentaba un orificio en el lazo izquierdo que habría sido producido por un impacto de bala.
Refugio en Paraguay
Paraguay constituyó un destino interesante para varios altos jerarcas y oficiales nazis, especialmente de las SS, que buscaban huir de eventuales juicios. Se confirmó que en nuestro territorio estuvieron Josef Mengele y Eduard Roschmann, que huyeron de Alemania incluso antes de que la guerra terminara, lo cual les permitió viajar hasta el país luego de hacer escala en otros países.
En cambio, este no es el caso de Hitler, puesto que diferentes reportes indican que estuvo hasta el último momento en el frente. El minucioso trabajo del historiador Hugh Trevor Roper, “Los últimos días de Hitler”, confirma cada aspecto de estos últimos días y descarta conjeturas en torno a que supuestamente existían dobles.
Entre las múltiples especulaciones también existió una historia según la cual Martín Bormann, jefe de Cancillería y mano derecha de Hitler, supuestamente vino al Paraguay y fue enterrado en un cementerio de Itá.
Esto quedó totalmente descartado cuando en 1998 la identidad de sus restos fue confirmada a través de un examen de ADN practicado a sus familiares. Estos restos habían sido hallados en 1972, en unas excavaciones por la estación de Berlín oeste.
Aun así, los escépticos siguen afirmando al día de hoy que los restos de Bormann fueron sacados del Paraguay, e intencionalmente fueron llevados a Berlín para supuestamente hallarse en ese lugar.
En definitiva, existen demasiadas pruebas de que Hitler no sobrevivió a la guerra generada por él mismo y falleció aquel 30 de abril de 1945. Las miles de versiones de personas que supuestamente lo vieron en nuestro continente podrían ser resultado de la confusión con otros jerarcas nazis o un deliberado intento de engañar con una historia que ha vendido mucho y ha hallado receptivad en el seno de un público afecto a teorías de la conspiración.