La complejidad del manejo de empresas familiares desemboca, en la mayoría de los casos, en el fin de una firma que no logra sobrevivir sino hasta la segunda o tercera generación.
En Paraguay, el 85% de las empresas son familiares, las cuales aportan el 65% de los bienes y servicios; por ello Ferrere Abogados tomó la iniciativa de abordar sobre puntos fundamentales en torno al tema, organizando un ciclo de charlas en sus oficinas del pasado 19 de abril.
Gorostiaga
Durante la conferencia, resaltaron que la riqueza de la empresa familiar no es solamente la financiera, sino el fortalecimiento de las cuestiones intangibles que la rodean, como los lazos afectivos para la riqueza socioemocional, lo cual genera una ventaja competitiva y, a la vez, implica grandes desafíos.
Uno de los temas puntuales se enfocó en el protocolo familiar en la sucesión. “Es uno de los temas fundamentales de las familias que empiezan a trabajar, porque se tocan distintos temas, desde sucesión, propiedad, participación, votos, son los temas que están tratados en un solo documento, lo vemos como un proceso de aprendizaje para la familia, y hay que escuchar a todos los miembros de la familia para poner reglas por escrito en un documento firmado por todos”, señaló Carla Arellano, representante de Ferrere Uruguay. A la vez aclaró que este no debe ser elaborado en momentos de crisis sino que en el marco de la tranquilidad.
“La parte financiera tiene que ser sólida, pero hay que trabajar sobre la riqueza socioemocional, los lazos afectivos y la confianza no solo con la familia, sino con los clientes. La idea es que se cree la
mentalidad de esos valores a lo largo de las generaciones, cultivando una mentalidad emprendedora para aumentar el patrimonio de la empresa con dueños responsables”, señaló por su parte Carlos Vasconsellos, miembro de Ferrere Paraguay.
En cuanto a la planificación de una sucesión, Federico Silva explicó que la figura del fideicomiso es una de las opciones más ventajosas. “Hay que planificar de modo a que los activos no se dispersen dentro de una familia, teniendo en cuenta las porciones legítimas que el difunto no puede disponer, de manera que los activos estratégicos queden en manos de personas capaces y estructurar de forma ordenada de acuerdo a las necesidades”.
“Es importante tener un gobierno corporativo familiar”, apuntó a la vez Vasconsellos, y agregó que si habrá una transición generacional, que sea parte de un plan de acción y no de reacción.
“Pensar en lo que va a venir e ir viendo cómo responder ante ello”, añadió Silva.
Comparando los demás países de la región, mundialmente la tendencia en torno a las empresas familiares es la misma, señalaron los abogados.
Muchas empresas aún no han encontrado la fórmula para prever la continuidad de la empresa a través de varias generaciones. “Estamos tratando con personas, es muy difícil porque con cada generación la familia se multiplica, y eso es lo difícil en las planificaciones”, puntualizó Arellano y destacó que planificando se evitan dichos problemas.
Vasconsellos recalcó que una empresa familiar a diferencia de otras, que solo tienen un objetivo financiero, tiene que conjugar la riqueza financiera con la socioemocional. “Hay que entender que es un bicho diferente”, describió instando a entender la necesidad de planificar.
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