Experiencia. Daisy Abente, sicóloga especialista en finanzas.
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Se dice comúnmente que las deudas nos dan dolor de cabeza, pero lo concreto es que esa afección es solo uno de los varios problemas de salud que puede traer el mal manejo de las finanzas personales. No en vano la sicología ha estado ingresando fuertemente en el campo económico en los últimos años para estudiar el comportamiento humano y ayudar a las personas que se encuentran agobiadas por las cuentas.
Daisy Abente, sicóloga y vicepresidenta de la organización Superarte, explicó que en las finanzas personales se manifiestan los hábitos de los individuos; por lo tanto, reflejan la manera de ser de cada uno. Señaló que el sobreendeudamiento sostenido afecta notablemente la calidad de vida, dando lugar así al estrés financiero y sus consecuencias.
“No solo el estado emocional se ve afectado mostrando irritabilidad, malhumor, negatividad, excesiva preocupación, somatizaciones, incluso puede llegar hasta problemas severos de pareja. Podemos entrar en un estado de estrés agudo, ansiedad severa, depresión y desesperanza ante el futuro. No es que el dinero sea relacional a la felicidad, sino que es el buen manejo del dinero el que da bienestar y tranquilidad. Mantener la salud mental fuerte es imperante”, detalló.
Para evitar dejarse afectar por las presiones financieras, la especialista indicó que siempre es mejor trabajar desde la prevención en todo sentido. La educación financiera es la base y debe ser integral, abarcando dualmente la situación (efectivo y afectivo), agregó.
En el caso de que una persona ya se vea inmersa en una situación financiera compleja, lo mejor es buscar apaciguar el impacto tomando medidas inmediatas de consumo, hacer un plan de pagos, y analizar la implicancia afectiva para valorar el aprendizaje, apuntó.
“El cerebro es la parte del cuerpo que nos gobierna, lo debemos entrenar para pensar en positivo, para pensar en grande. La mente es poderosa, depende de nosotros que la dominemos para nuestro bien. Los elementos de las finanzas sanas son aprendidos, por lo tanto siempre podemos reeducarnos. El paso principal lo da cada uno con las ganas de aprender y cambiar”, enfatizó.
CHARLAR EN FAMILIA. Abente remarcó que el dinero es un tema recurrente en la pareja, de conflictos y desacuerdos, por lo que se necesita aprender a hablar sobre este tema. No se tiene que pelear por dinero, sino acordar el manejo de la comunidad familiar, dijo.
“Las parejas pueden separarse por falta de amor, pero no por dinero. El dinero circula y el amor se cultiva. Los padres deben hablar con los hijos del dinero, dependiendo de las edades. Los hijos van a capitalizar sus vivencias indefectiblemente. Los padres deben cuidarlos, darles un entorno armonioso y respetuoso”, ilustró. UH