La fuente de la eterna juventud es algo que se ha estado buscando durante siglos o milenios. Que se sepa, nadie consiguió encontrarla así que deberíamos centrarnos en aquellas cosas que incrementen la longevidad. Aparte de los clásicos ejercicios físicos y la alimentación saludable, existen otros factores que se han revelado después de estudios científicos recientes.
Uno de ellos ha llegado a la conclusión de que oler pedos puede ayudarte a vivir más.
El motivo: el sulfuro de hidrógeno. Esta molécula es la que hace que los gases huelan mal pero, además, es fuente de potenciales beneficios para la salud. Al menos en pequeñas dosis.
Los científicos de la Universidad de Exeter han descubierto que un subproducto microbio puede reducir el riesgo de cáncer, ataques al corazón, infartos artritis y demencia. Nada menos.
El investigador A.J. Troiano, científico biomédico, afirma que ‘para entender la ciencia detrás de los gases, hay que entender la escala real de los microbios que se encuentran en el cuerpo humano’.
‘No son los microbios los que tienen propiedades protectoras, sino los subproductos que producen durante procesos metabólicos normales’
Mientras que el sulfuro de hidrógeno es tóxico en dosis altas, en pequeñas cantidades puede ayudar a proteger las células y a luchar contra enfermedades.
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Cuando las células se estresan por cansancio o enfermedad, intentan atraer enzimas para crear su propio sulfuro de hidrógeno.
Al hacer eso, las células preservan la mitocondria y se incrementa la producción de energía en las células sanguíneas, ayudando también a regular inflamaciones.
Además, se ha encontrado que las parejas casadas con problemas cardíacos tienen una mejor tasa de supervivencia que la gente que vive sola. Lo que significa que si tú o tu cónyuge tienen problemas cardíacos, podrían ser precisamente los pedos lo que los mantiene a los dos vivos.