ESCRITO POR: JOSÉ LUIS LOBERA
Esta es la historia de una pequeña semilla de origen asiático que ha transformado la economía de un país en el corazón del continente americano. La soja, una oleaginosa que llegó a Paraguay en los años 50 de la mano de la migración japonesa, se ha convertido hoy en el principal producto de exportación del país.
Paraguay comenzó a exportar la leguminosa en los años 70, y los volúmenes de exportación han crecido de manera sostenida a medida que la soja fue ganando aceptación en el mundo occidental. La semilla, muy rica en proteína, es la base de productos derivados como la harina, el aceite y leche. La harina se usa para la alimentación de ganado, mientras que el aceite se refina y se convierte en biodiésel.
Hoy la soja paraguaya tiene como destinos principales los países de la Unión Europea y Rusia, y en menor medida, se exporta a Turquía, Argentina y Brasil. 2016 marcó un récord histórico de producción de 9 millones de toneladas, lo que permitió al país situarse, por primera vez, como cuarto exportador de soja a nivel mundial, de acuerdo a reportes del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
En los últimos años, sin embargo, el descenso de los precios de las materias primas planteó el desafío de buscar un valor agregado a las exportaciones de soja. Paraguay debía encontrar la forma de industrializar un producto que gana hasta un 60% en valor cuando se exporta como producto derivado.
Así nació el Complejo Agroindustrial Angostura S.A. (CAIASA) en 2013, la mayor planta procesadora de harina y aceite de soja del país. Esta planta, financiada por el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEC, por sus siglas en inglés), tiene capacidad para procesar 4.500 toneladas diarias, sin uso de combustibles fósiles y prácticamente sin desechos de su materia prima.
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Una agroindustria en expansión
La planta, ubicada a unos 45km de Asunción, utiliza energía renovable de biomasa, lo que evita la emisión de 80,000 toneladas de CO2 al año. La reducción en costos de energía es casi de 10 millones de dólares. Además, usa un innovador proceso para el tratamiento de aguas residuales que evita por completo la contaminación fluvial.
Desde el punto de vista del productor, esta agroindustria ha beneficiado a los agricultores de todo el país, al asegurar la demanda de granos durante todo el año. En el Municipio de Villeta, la planta ha generado cerca de 200 empleos directos, así como 2.500 indirectos, principalmente en transporte y servicios de mantenimiento.
Con CAIASA, la capacidad instalada de Paraguay para industrializar la soja ha aumentado en un 40%. Y este es solo el principio. El país quiere afianzarse como un polo agroindustrial de la soja a nivel mundial, que asegure un crecimiento sostenible del país con respeto al medio ambiente. Además de aumentar su capacidad de procesamiento, Paraguay desea convertirse en un exportador reconocido de marcas, con una diversificación de productos a precios competitivos.
Es posible que, muy pronto, tú también puedas desayunar leche de soja Made in Paraguay.
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