Greenpeace había denunciado que 300 embarcaciones operaban desde hacía varias semanas a plena luz del día sin que ninguna autoridad hiciese nada.
Las autoridades brasileñas destruyeron desde el fin de semana un total de 131 balsas de ‘garimpeiros’ (mineros ilegales) que invadieron el río Madeira, uno de los principales afluentes de la Amazonía brasileña, para extraer oro.
“Acción rápida de Gobierno del presidente Jair Bolsonaro”, tuiteó el ministro de Justicia, Anderson Torres, que publicó un video de la operación conjunta entre la Policía Federal y el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama).
El ministro no dio detalles sobre qué ocurrió con el resto de embarcaciones, ya que se calcula que eran unas 300.
“Rumores de oro”
Desde hace unos 20 días, los ‘garimpeiros’ fueron llegando a la comunidad de Rosarinho, en el municipios de Autazes, a poco más de 100 kilómetros de Manaus, capital del estado, tras un rumor de que se había encontrado oro en el lugar.
Por su parte, Greenpeace informó que parte de las balsas de dragado ya habían salido de la ciudad de Autazes, donde se detectaron originalmente, y fueron destruidas en ciudades vecinas, como Nova Olinda do Norte.
“Diez ‘garimpeiros’ fueron detenidos y varios otros huyeron“, destacó la ONG, que la semana pasada denunció el retraso de las autoridades para poner cartas sobre el asunto.
Tras las críticas, el vicepresidente Hamilton Mourao adelantó el jueves que la Policía Federal y la Marina preparaban un operativo en la zona.
“Esperamos que el presidente Bolsonaro no ahorre recursos para que acciones como esta se lleven a cabo también en otros territorios muy perjudicados por el ‘garimpo’ ilegal, como las Tierras Indígenas Munduruku, Yanomami y Kayapó”, recordó Greenpeace.