Teresa Barreto de Napout, madre del exdirigente Juan Ángel Napout, imploró mediante una carta que la ayuden a volver a ver su hijo, quien dio positivo al Covid-19 en una cárcel de Miami, Estados Unidos.
A través de un espacio reservado en La Nación, la madre de Juan Ángel Napout expresó unas palabras dirigidas a los paraguayos, a las autoridades nacionales y también a las norteamericanas. En su misiva ruega que su hijo reciba la merecida atención médica al pertenecer al grupo de riesgo y ahora estar contagiado de Covid-19.
Además implora que se haga lugar a un pedido de traslado de Napout a una cárcel paraguaya, vía un tratado internacional entre ambos países.
A continuación transcribimos la carta de la afligida mujer:
Mi nombre es Teresa. Tengo 88 años. Soy la madre de Juan Ángel Napout, preso en los Estados Unidos hace cuatro años y siete meses. Al principio podía viajar para verle, pero hace más de un año que ya no veo a mi hijo, mi edad y mi salud ya no me permiten. Este domingo mi Juan dio positivo al Covid. Él ya no es tan joven, tiene más de 62 años; además es hipertenso, y prediabético. Su vida está en riesgo.
Estoy profundamente angustiada, la idea de no volver a verle no me deja dormir. Si usted es padre o madre podrá entender la tristeza que llena mi alma y cada minuto de la poca vida que me queda.
Hace una semana le negaron arresto domiciliario para evitar que se contagie; ahora que ya está contagiado les ruego por Dios, ¡no lo condenen a morir! Estando dentro de una prisión, mi hijo no va a poder tener la calidad de atención médica que podría necesitar, y menos aún con la velocidad necesaria.
Hago un llamamiento a la Justicia Americana, a los fiscales, al presidente Donald Trump, a quien corresponda… ¡Por favor, ayúdenme!
Mi hijo necesita URGENTEMENTE estar en un ambiente que le permita recuperarse de esta enfermedad. Su condena, no es una condena de muerte, privarle del derecho a proteger su vida es una injusticia, humanamente nadie debería negar el DERECHO A VIVIR de un ser humano.
Mi primera prioridad es salvar su vida, pero también tengo la ilusión de volver a verlo antes de que Dios me lleve a mí. Eso ES POSIBLE, existe un Tratado Internacional de la OEA que permite el traslado de presos para que vuelvan a sus países a cumplir su condena. Mi hijo reúne todos los requisitos impuestos por dicho tratado. No pido que le aprecien, pero no me arrebaten la ilusión y el derecho de estar con él. No representa peligro para la sociedad, pagó todas las sanciones que le fueron impuestas, su conducta en la cárcel es ejemplar, su esposa, hijos y nietos viven en Paraguay. Les ruego que tengan consideración y ejerzan sus buenos oficios para que el Tratado se cumpla.
¡Ayúdenme a volver a ver a mi hijo!