Paraguay, sexto productor mundial de soja, detrás de China e India, prevé que este año cosechará 8 millones de toneladas. La recolección será menor a la de 2013 por falta de lluvias y elevadas temperaturas.
Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay controlan más de la mitad de la producción mundial de la encarecida oleaginosa; China consume un cuarto de ella, según publica hoy el diario El País de España.
Con precios que no son los más altos de la historia, pero que se mantienen elevados, la cosecha de soja ha comenzado en el otoño austral en Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay. Estos cuatro países de Mercosur (el restante miembro es la petrolera Venezuela) producen más de la mitad de la oleaginosa en el mundo y las autoridades esperan que este año se bata una marca histórica en la zafra. Los buenos precios de las materias primas agrícolas aseguran el ingreso de divisas a unas economías desaceleradas como las de Brasil y Argentina.
China acapara un cuarto del consumo mundial de soja y más de la mitad de las importaciones. EE UU y la Unión Europea también son importantes demandantes. La oleaginosa es usada tanto para alimento humano como animal y, en menor medida, para biocombustibles. El cultivo de sus semillas transgénicas se han expandido en EE UU y Mercosur ante la elevada cotización de su producción y su resistencia a diversos climas. Es así que la soja ha desplazado en algunas regiones a la actividad ganadera, al maíz o el trigo y a los bosques, como en la Amazonia brasileña o la región chaqueña de Argentina. Mercosur exporta la oleaginosa en forma de grano o lo procesa como aceite, harina para alimentar vacas, cerdos o pollos o combustible.
En el gigante sudamericano, segundo productor mundial de soja, detrás de EE UU, la Compañía Nacional de Abastecimiento predijo esta semana que la recolección llegará a un récord de 86,1 millones de toneladas. En enero se preveía que la cosecha incluso iba a superar a la norteamericana, pero no fue así por una sequía en el primer trimestre del año en el sur de Brasil.
En Argentina, tercer productor mundial de la oleaginosa, las autoridades apuestan a una cosecha histórica de un cultivo tan bien cotizado para asegurar el ingreso de dinero por exportaciones y contrarrestar así la escasez de divisas que provocó en enero pasado la devaluación del peso. El Banco Central, que ha logrado domar la cotización de la moneda desde febrero con un alza de tipos de interés que enfrió la economía, sabe que es tiempo de zafra de dólares para sus reservas con la mirilla puesta en lo que pueda suceder en el segundo semestre de 2014. La recolección de soja se extiende a la largo de este segundo trimestre. Por esa sed de divisas, el jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich, se apresuró esta semana a disolver las amenazas de una huelga de trabajadores en los puertos sojeros de Rosario. Argentina es además el único país de Mercosur que cobra impuestos a la exportación, que llegan al 35% en el caso de la soja. Por tanto, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner también espera esta cosecha para reducir el déficit fiscal financiado hasta ahora con emisión monetaria.
La Bolsa de Comercio de Rosario, ciudad que centraliza el acopio, el procesamiento y la exportación del grano, prevé también una marca histórica en la cosecha en Argentina: 54 millones de toneladas. Lo que no está claro que es si toda esa producción se va a vender. Muchos agricultores, que se mantienen en la oposición al Gobierno de Fernández desde el conflicto impositivo que los enfrentó en 2008, optarán por guardar los granos en silos plásticos porque temen cambiarlos ahora por unos pesos que el día de mañana puedan volver a devaluarse. Prefieren ahorrar en soja, que después podrán trocar directamente por semillas o camionetas. La oleaginosa, como el resto de las materias primas, cotiza en dólares. Pero también están los productores que necesitan liquidar su zafra para vivir y pagar sus cuentas. Pese a su enfrentamiento con el Gobierno de Fernández, la situación de los agricultores y de los pueblos y ciudades que rodean sus campos ha mejorado gracias a los altos precios de la soja desde que en 2003 la demanda de alimentos de la creciente clase media de China los elevó.
Paraguay, sexto productor mundial de soja, detrás de China e India, prevé que este año cosechará 8 millones de toneladas. La recolección será menor a la de 2013 por falta de lluvias y elevadas temperaturas.
En Uruguay, octavo productor mundial, detrás de Canadá y delante de Bolivia, se anticipa un récord de exportación de soja de 3,7 millones de toneladas. En menos de diez años, la soja se convirtió en el primer producto de exportación de Uruguay, con lo que destronó por estrecho margen a la carne vacuna, durante varios siglos sector dominante de la economía nacional. La soja juega un papel fundamental en la racha de crecimiento económico que vive el país. El año pasado Uruguay se expandió más del 4%.