El obispo de Carapeguá, Mons. Celestino Ocampo, afirmó que los implicados en el enriquecimiento ilícito y en corrupción, además de ir a la cárcel tienen que devolver lo robado. Fue en San Miguel, Misiones.
SAN MIGUEL, Misiones (Rafael Marcial Montiel, corresponsal). “El país necesita recuperar el dinero malhabido para mejorar la salud, la educación y viviendas”, enfatizó el obispo de Carapeguá, monseñor Celestino Ocampo. El prelado, quien fue párroco de esta ciudad, celebró ayer la misa central en honor de San Miguel Arcángel, protector de esta comunidad.
Monseñor Ocampo puntualizó que el Paraguay es un país muy rico. “Por lo visto hay mucha plata, pero lastimosamente está mal distribuida y también (hay plata) malhabida. Ojalá se pueda recuperar lo robado y no solamente que los delincuentes vayan a la cárcel”, enfatizó monseñor Ocampo, durante la homilía.
Subrayó que los jóvenes y la ciudadanía tienen que tomar conciencia como sociedad y exigir a las autoridades a recuperar el dinero de origen espurio. “Nuestros jóvenes y la ciudadanía deben tomar consciencia y exigir que se haga justicia para que pueda mejorar el país”, insistió.
Frutos de un trienio
En otro momento habló de la importancia del Trienio (tres años) de la Juventud, cuyo lema es: “Abrazarse a Cristo Jesús”, dijo.
Añadió que el tercer año de este Trienio empezará durante la festividad de Caacupé, del 28 de noviembre al 8 de diciembre. “El Trienio tiene que dar sus frutos; tienen que surgir muchos jóvenes líderes, vocaciones sacerdotales y religiosas para la vida laical”, expresó.
Exhortó a los jóvenes a comprometerse con su familia, en su ambiente, en su comunidad. Añadió que los jóvenes que están en la Iglesia tienen que ser los evangelizadores de los que viven en el pecado, en los vicios, las drogas y el alcoholismo.
“Lastimosamente muchos jóvenes están en los vicios y quienes caen en las drogas se vuelven violentos y agresivos. A esos jóvenes tenemos que llegar y ayudarles a recuperarse”, dijo.
El obispo sostuvo que la formación de los jóvenes depende de la familia. ¿Dónde está la familia que tiene que ser Iglesia doméstica?, interrogó el obispo. ABC