En horas de la mañana de este lunes, pobladores del barrio Julia Cardinal de Ponta Porã alertaron a la Policía Militar, sobre la presencia de un vehículo estacionado en la vía pública con un difunto recostado sobre el asiento delantero del acompañante. Tras la llegada de la policía se constató que el cadáver presentaba lesiones en los brazos y en la cara. A su lado se halló una porción de pasta base de cocaína, pero ningún documento que lo identificara. Posteriormente se pudo saber que la víctima se trata de Carlos Riquelme, paraguayo, mayor de edad, un sujeto bastante mal visto y vinculado al sub mundo del tráfico de drogas. Su “pecado” habría sido quedarse con mercadería ajena.
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El hallazgo se produjo a eso de las 07:00 horas de este jueves en la calle María Trinidade de Oliveira del barrio Julia Cardinal de Ponta Porã.
El cuerpo estaba en el asiento delantero derecho de un Volkswagen tipo Voyage CL SB, año 2014, color plata, chapa PVD 2611 del estado de São Paulo, que de acuerdo a los registros del Sinesp se encuentra en situación legal.
Según los vecinos de la cuadra, el vehículo habría sido abandonado con el motor en marcha a eso de las 23:00 horas del miércoles y en la mañana de hoy jueves continuaba funcionando, por lo que decidieron ir a ver lo que pasaba, momento en que descubrieron el cuerpo del infortunado.
Investigadores de la Policía Civil manifestaron que el cadáver tenía lesiones en los brazos y en la cara, indicios de que fue torturado. Además cerca del cuerpo fue encontrada una porción de supuesta pasta base de cocaína, no así algún documento que posibilitara su identificación.
El cadáver fue trasladado hasta la morgue del Instituto Médico Legal, donde posteriormente pudo ser identificado como Carlos Riquelme, paraguayo, mayor de edad, residente el la zona de Villa Industrial del barrio Defensores del Chaco de Pedro Juan Caballero.
Extraoficialmente se supo que el sujeto era el “secretario” de un personaje presuntamente vinculado al tráfico de drogas en nuestra frontera y que se habría apropiado de cierta cantidad de pasta base ajena, firmándose así su condena de muerte.
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