Fin de los vientos de cola desnuda deficiencias estructurales del país

El fin de las condiciones externas favorables para las economías emergen­tes vuelve a poner el foco muchos de los problemas estructurales que estos habían escondido en los años de commodities a precios récord, dinero barato y demanda exter­na creciente.
Para enfrentarse a este nuevo escenario muchos países optan por utilizar los recursos que guarda­ron de esta época buena o se permiten entrar en desajustes fiscales como medida para impulsar la demanda interna.
Sin embargo, Paraguay no tiene unas reservas de uso discrecional para ayudar a la economía y ha venido presentado défi­cits fiscales importantes incluso antes de estos momentos complicados, por lo que aparece ahora con muy poco espacio de maniobra.
El actual hubiera sido el momento ideal para que el Gobierno dé un gran impulso al gasto público y colabore con mantener el nivel de crecimiento. Pero el gran crecimiento que tuvo el presupuesto en los últimos años, particularmente en gastos rígidos, pone al país en una situación fiscal compleja.
Así, un año difícil como el 2016 podría ser el primero de muchos años donde se apruebe un presupuesto general menor al que se había aprobado para el año inmediatamente anterior.
Según los últimos datos del Banco Central, los gastos del Gobierno (que no están asociados a la construcción de infraestructura o provisión de servicios básicos) crecieron en promedio 11% interanual entre el 2009 y el 2015.
ÉPOCA DE BONANZA
Durante ese período de bonanza para las economías emergentes -con los commodities en precios máximos, dinero barato y China creciendo a gran velocidad- el Paraguay infló bastante su presupuesto. Aunque no consiguió mejorar la calidad en la asignación de los gastos.
Lo anterior se pone de manifiesto con la continua aparición de escándalos relacionados a la función pública, con secretarias que cobran salarios superiores al de muchos directores sin siquiera presentarse a su puesto de trabajo.
Sin embargo, la situación de la Contraloría y la Universidad Nacional (entes donde más recientemente aparecieron problemas) no es aislada, y ese tipo de mal uso del dinero parece ser la constante.
Para la cantidad y la calidad de servicios que presta actualmente el Gobierno, sus más de 288 mil funcionarios son un exceso.
Así, el gran compromiso de aquí hacia adelante es mejorar la estructura de la función pública, de manera que haya posibilidades de invertir en cuestiones que son más relevantes para el desarrollo del país.
Inversionistas se alejan
Conforme las economías emergentes van perdiendo brillo y se prepara una mejora en la rentabilidad promedio, en los mercados desarrollados se está observando un importante flujo de salida de capitales de Latinoamérica.
Según los últimos datos de la Cepal, la entrada de inversión extranjera directa (IED) hacia 16 países de América Latina y el Caribe disminuyeron 21% durante la primera mitad del año respecto al mismo período del año anterior, alcanzando un total de US$ 88.717 millones.
Otro síntoma de la enfermedad que azotará a estos países en los próximos años. 5DIAS