La captura de dos mujeres en San Miguel de Yguazú (Brasil) con un arsenal de armas, que pretendían trasladar a Río de Janeiro para la facción criminal Comando Vermelho, evidencia que el tráfico de armas sigue gozando de muy buena salud en la triple frontera. De acuerdo con los datos, Paraguay constituye un formidable “supermercado” para las organizaciones criminales brasileras, que se surten del armamento que ingresa al país, principalmente vía aeropuerto Guaraní (Minga Guazú), y que luego es blanqueado en las aduanas en tránsito que operan en esta región, de acuerdo con lo indicado por fuentes fidedignas.
El domingo último, dos mujeres paraguayas fueron detenidas durante la operación “Horus”, cuando los agentes abordaron un autobús en la BR 277 con destino a Río de Janeiro. En el equipaje de las compatriotas encontraron siete pistolas 9 mm, una pistola calibre .40, 12 cargadores de pistola y 10 cargadores de rifle calibre 5.56 mm. Entre las armas incautadas, inclusive, llevaban 3 armas personalizadas, dos de ellas bañadas en oro, una con el logo de un equipo de Río y el símbolo del Comando Vermelho. Este tipo de aprehensiones son bastante frecuentes en el vecino país, evidenciando el intenso tráfico de armas que existe en la triple frontera.
De acuerdo con los datos, las armas ingresan masivamente de manera ilegal a través de la aduana del aeropuerto Guaraní (Minga Guazú), pasando también por aduanas en tránsito como Algesa (km 12), Trans Trade, Campestre y Global, donde son llevadas las mercaderías para el “blanqueo” correspondiente. Uno de los principales cerebros del esquema sería el administrador de Aduana del aeropuerto Guaraní, Alberto Tiozzo, según indicaron fuentes fidedignas. Una vez “blanqueadas”, las armas son comercializadas en las armerías que operan en la capital departamental con total impunidad y la complicidad de las autoridades paraguayas.
Hace tiempo, se apunta a Ciudad del Este como principal punto por donde ingresan armas de manera masiva a territorio brasilero. Incluso, existe una resolución de la Dirección de Material Bélico (Dimabel) (211/2018) que prohíbe la importación de armas, aplicada hace tres años ante las presiones nada menos del Gobierno de EE.UU., preocupado ante el incesante tráfico de armas en las Tres Fronteras. La resolución regula la importación de armas de fuego hasta 300 unidades y municiones hasta 25.000, exceptuándose calibre 22 y calibre 12 hasta 100.000 municiones, por cada pedido de permiso de importación.
Sin embargo, a simple vista se observa que en muchas armerías de la capital departamental se comercializan armas de todos los calibres, que posteriormente son vendidas para el “mercado” brasilero, que son las facciones criminales, que tienen como principal negocio el narcotráfico.
Hay presunciones de que los traficantes de armas y las armerías locales gozan de la protección de funcionarios de Dimabel, altos políticos, además de autoridades fiscales y policiales del lado paraguayo, que permiten que la aduana del aeropuerto Guaraní sea “puerta de entrada” al tráfico de armas. LA CLAVE