Buenos Aires, Argentina | AFP |por Paula Bustamante.
Los argentinos podrán este jueves comprar hasta dos millones de dólares si lo desean y al precio que fijará el mercado, anunció el miércoles el gobierno al eliminar las restricciones cambiarias que regían desde 2011, pero la expectativa gira en torno a cuán brusca será la devaluación.
La hora de la verdad será con la apertura de los mercados, a partir de las 10H00 locales (13H00 GMT), cuando empiece a venderse el dólar.
En la jornada, se medirá la demanda en la calle y definirá la diferencia con la última cotización oficial de la divisa en este país, cuya moneda tuvo paridad con el dólar entre 1991 y 2001.
“A partir de mañana, cualquier persona podrá comprar dólares”, dijo en rueda de prensa el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay al anunciar “muy contento el fin del cepo cambiario”, promesa prioritaria del nuevo presidente liberal de derecha Mauricio Macri.
El último día del control de cambio que empresarios, el campo y los mercados pedían abolir, cerró la cotización oficial a 9,84 pesos por dólar contra 14,57 en el mercado paralelo.
Consultores y analistas financieros estiman que la intención del nuevo gobierno es que se fije por el orden de los 14,50 pesos por dólar, lo que implicaría una fuerte devaluación con el riesgo de que se traslade a los precios minoristas que llevan semanas con aumentos de hasta 60% en productos de la cesta básica.
“El precio del dólar lo va a decidir mañana el mercado. Pero también va a haber un Banco Central con las herramientas necesarias para intervenir si el dólar sube mucho o baja mucho”, precisó el jefe de la cartera económica, un exejecutivo del JP Morgan de 50 años.
Estimó que ingresarán a las arcas “entre 15.000 y 25.000 millones de dólares en las próximas cuatro semanas en Argentina”, superior al colchón de 10.000 millones que se estimaba necesarios para poder liberar la compra y venta de la divisa.
La medida abre la posibilidad a que ciudadanos y empresas puedan comprar “hasta 2 millones de dólares sin restricciones”, apuntó Prat-Gay. Hasta ahora las personas solo podían adquirir 2.000 dólares por mes.
“El que quiera importar, o exportar, o comprar dólares, lo va a poder hacer, nadie lo va a perseguir”, cerró el ministro.
Con una economía estancada, un déficit por encima del 7% del PIB y una inflación que ronda el 30%, según consultoras privadas de la tercera economía de América Latina, “no había mucho margen para continuar demorando esta decisión”, señaló un informe de la consultora argentina Ecolatina.
“La pregunta más importante que se desprende de los recientes anuncios es entonces a cuánto podría llegar a cotizar el dólar oficial en el corto plazo”, agregó este informe.
Apuestas en ‘dos’ países
La eliminación del control cambiario en Argentina se suma a una vertiginosa semana en la que en menos de siete días como presidente, Macri eliminó impuestos a empresas del agro e industria.
Además, rebajó en cinco puntos un gravamen (del 35% al 30%) a la soja, el oro verde de este país gobernado en los últimos 12 años por el matrimonio centroizquierdista de Néstor y Cristina Kirchner.
Macri ganó la presidencia el 22 de noviembre con el 51% de los votos contra Daniel Scioli, candidato del kirchnerismo que obtuvo 49%.
En medio de esta batería de anuncios se hizo evidente la polarización en la calle y las redes sociales, donde el hashtag #ChauCepo convocaba reacciones pro y contra el gobierno.
“Pensamos que el peso está sobrevalorado por el orden del 35%, y, por lo tanto, cualquier cotización oficial por menos de 13 podría frustrar a los mercados”, indicó la firma consultora internacional Capital Economics, con sede en Londres.
“Por ahora este es un gran paso hacia la ortodoxia macroeconómica”, consideró la consultora.
Por su lado la firma Ecolatina alertó que “si el Banco Central interviene para estabilizar la divisa en un rango menor a la cotización paralela (12-13 $/US$), con el objetivo de acotar el posible impacto sobre los precios, se corre el riesgo de no desactivar las expectativas de una nueva devaluación”.
Mercedes Marcó del Pont, expresidenta del Banco Central durante el kirchenerismo, ve “un horizonte preocupante”, dijo a radio del Plata.
“Estas políticas claramente no van a mejorar la vida de las personas. La devaluación se va a transferir de manera directa a los precios”, dijo al calificar el anuncio de Prat-Gay como “un ajuste ortodoxo”.LA NACION