Escandalosos antecedentes del diputado D’Ecclesiis no inmutan a fiscales
Los fiscales Marcelo Pecci y Hugo Volpe afirmaron que no tienen evidencias que liguen al diputado colorado “añetete” Freddy D’Ecclesiis con los 448 kilos de cocaína descubiertos en una estancia de Itapúa, que fueron transportados hasta allí por una avioneta que fue posteriormente localizada, junto con otras seis aeronaves, en una estancia de San Pedro, en un hangar de su cuñada Juana Carolina Vera. Mueve a suspicacia la rápida conclusión a la que llegaron los citados fiscales para desconectar al diputado de este caso, pese a que existen varios graves antecedentes que rozan al mismo y hacen pensar en su presunta vinculación con el narcotráfico. Hay varios aspectos que llaman la atención, como que el hangar con los aviones escapara al control de la Dinac, o de la Senad, que es de suponer tiene agentes diseminados en esas zonas, de intenso tráfico de estupefacientes. Y también que el propio diputado D’Ecclesiis no sepa que en una estancia de sus cercanos familiares, ubicada en la misma zona donde vive, operaba sin cesar una flota aérea. Tal vez en la decisión de los fiscales pesó mucho el hecho de que el diputado sampedrano haya abandonado las carpas del cartismo para sumarse a “añetete”.
Lo que ocurrió y viene ocurriendo en los últimos días con el diputado colorado “añetete” Freddy D’Ecclesiis y miembros de su familia está tomando aristas inverosímiles.
Los agentes fiscales Marcelo Pecci y Hugo Volpe afirmaron que no tienen evidencias que liguen al legislador con los 448 kilos de cocaína descubiertos en una estancia de Itapúa, que fueron transportados hasta allí por una avioneta que fue posteriormente localizada, junto con otras seis aeronaves, en una estancia de San Pedro, en un hangar de su cuñada Juana Carolina Vera. Mueve a suspicacia la rápida conclusión a la que llegaron los citados fiscales para desconectar al diputado de este caso, pese a que existen varios graves antecedentes que rozan al mismo y hacen pensar en su presunta vinculación con el narcotráfico.
Hay varios aspectos que llaman la atención. En primer lugar, que el gran cobertizo donde estaban los aviones escapara del control de la Dirección Nacional de Aeronáutica Civil (Dinac), y que no estuviera habilitado. Es imposible que sus funcionarios no hayan detectado la inusitada actividad aérea que deben realizar nada menos que ¡siete aviones! Lo mismo puede decirse de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), que es de suponer tiene agentes diseminados en esas zonas, de intenso tráfico de estupefacientes. Y, por último, ¿es creíble que el propio diputado D’Ecclesiis no sepa que en una estancia de sus cercanos familiares, ubicada en la misma zona donde vive, operaba sin cesar una flota aérea? ¿O que el aeródromo no estaba habilitado por la Dinac? Conste que en San Pedro los legisladores instalaron una de las tantas oficinas regionales, que solo sirven para ubicar a sus paniaguados y no para velar por los intereses colectivos.
Vale recordar que el mismo diputado D’Ecclesiis figuró –junto con otros colegas– en un informe elaborado con lujo de detalles por una comisión especial del Senado en 2014, sobre legisladores presuntamente implicados en el narcotráfico, que fue leído en el pleno de ese cuerpo legislativo precisamente por quien hoy es el titular de la Senad, el exsenador Arnaldo Giuzzio. A cualquier persona medianamente inteligente no se le puede escapar que la pista de aterrizaje del lugar era ideal para que las avionetas la utilicen con todas las de la ley para cargar y descargar drogas ilícitas depositadas en un hangar que, llamativamente, ninguna autoridad había inspeccionado.
Como dato adicional se puede añadir que la señora Juana Carolina Vera, quien aparece como dueña del hangar donde estaban los aviones, es esposa de Víctor Raúl D’Ecclesiis, hermano del diputado, quien en 1997 estuvo recluido en el Uruguay por intervenir en el lucrativo “negocio”. Según publicaciones de la prensa, fue detenido de nuevo en 2005 tras el hallazgo de 600 kg de marihuana en una avioneta, y nuevamente el apellido de los D’Ecclesiis apareció involucrado, un año después, tras el decomiso de 195 kg de cocaína en una estancia de la familia. El diputado no solo se desinteresa de cuanto hagan sus parientes cercanos, sino también de su propio pasado no muy lejano, en el que figura que en 2006 escapó de la estancia familiar, cuando su hermano fue detenido con los 195 kilos de cocaína. Tras este operativo, que se denominó “Cruz del Norte”, que estuvo a cargo del mismo Giuzzio, se libró una orden de captura contra el hoy legislador.
Puede recordarse que en la misma sesión donde Giuzzio leyó el lapidario informe el Senado aprobó hacerse cargo de la denuncia y entregar los datos al Ministerio Público para que se ocupara del asunto, pero nunca más se supo nada de ello. Ni siquiera llegó a informarse de que la denuncia fue formalizada. Por supuesto, de esa manera Freddy D’Ecclesiis nunca fue importunado, tanto que fue reelecto este año y hoy preside la Comisión de Familia y Tercera Edad de la Cámara Baja. Como apunta a continuar deshonrando su banca en 2023, ya tiene una flota de vehículos de propaganda, ¡uno de los cuales fue hallado en el hangar de su cuñada!, junto con los aviones presuntamente dedicados al transporte de las drogas. Pero él, repetimos, no tenía la menor idea de lo que allí se guardaba, como tampoco quizás de las actividades de su tío Abraham y de su primo Iván D’Ecclesiis, presos por narcotráfico en Estados Unidos. ¡Increíble la candidez de este político!
Increíble también la candidez de los fiscales Marcelo Pecci y Hugo Volpe, que inmediatamente exculparon al legislador pese a los tremendos antecedentes mencionados. Puede pensarse que su situación ameritaba al menos una más detallada investigación por los agentes del Ministerio Público, quienes inducen así a pensar que, como en épocas anteriores, “a priori” ya sabían a quién imputar y a quién dejar libre de polvo y paja. Tal vez pesó mucho para esta decisión de los fiscales el hecho de que el diputado sampedrano haya abandonado las carpas del cartismo para sumarse a los colorados “añetete”, hoy en el poder.
El agente fiscal Pecci no excluye que el diputado D’Ecclesiis sea llamado a declarar, aunque durante los nueve meses de investigación que culminaron con la incautación del cargamento y las cinco detenciones no se haya encontrado nada que incrimine a quien, además, en 2014 negó primero y admitió después haber visitado en la prisión al presunto narcotraficante Carlos Rubén Sánchez (Chicharõ). También había olvidado que presentó un proyecto de ley para “regular el uso de drones”, probablemente con el propósito de impedir que las pistas de aterrizaje de su parentela sean observadas.
Si bien el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, aseguró que los “aliados” del Gobierno están siendo investigados “con total libertad”, este caso parece desmentirlo, lo que sería una lástima después de que una “primavera judicial” parecía haber llegado a nuestro país.
Los ciudadanos y las ciudadanas deben observar la actuación de nuestros fiscales y jueces para denunciar si lo que se creían nuevos vientos de la Justicia vuelven a soplar solo en favor de los dueños del poder.