El ciudadano encarnaceno que había estrangulado a su pareja para luego lanzarla con una piedra encima a las aguas del arroyo El Zaiman de Posadas, afrontara juicio y se expone a la dura condena de cadena perpetua.
Se trata de Lucas Gómez Navarro, de 35 años, quien está imputado por el feminicidio de Estefanía Beatriz Benítez, con quien tenía dos hijos.
En ese sentido, el juez de Instrucción 2, Juan Manuel Monte, elevó a juicio la causa por el femicidio de Estefanía Beatriz Benítez (32), donde está imputado y con prisión preventiva su expareja, Lucas Gómez Navarro (35).
Cabe recordar que el crimen ocurrió en la mañana del 15 de febrero del 2022, en aguas del arroyo El Zaimán de Posadas, cuando una pareja de nacionalidad paraguaya discutía a orillas del mencionado cauce, debajo de uno de los viaductos que atraviesan la ruta nacional 12 frente al barrio San Jorge.
De acuerdo a testigos que presenciaron el hecho y llamaron a la policía, el hombre arrojó a la mujer al agua y luego intentó huir nadando, pero fue retenido por las personas que ya habían llegado a la escena.
Las primeras investigaciones indicaron que Lucas Gómez Navarro, golpeó y estranguló a la mujer y luego la arrojó al agua, y le puso encima una piedra para que no flotara.
Efectivos de Prefectura y de la Policía de Misiones, trabajaron arduamente para detener al sospechoso, quien opuso una tenaz resistencia e incluso llegó a abrazarse a uno de los pilares del puente para no ser arrestado.
Gómez Navarro fue imputado por femicidio según lo establecido en el artículo 80, inciso 11, del Código Penal Argentino y se expone a una pena de reclusión perpetua.
Cabe agregar que la autopsia reveló que Estefanía Beatriz Benítez fue estrangulada y la causa de la muerte se determinó como “asfixia por sumersión”. Además, los expertos señalaron que el cuerpo presentaba lesiones producto de las piedras que el presunto femicida le puso encima del cuerpo para que no saliera a flote.
Tras el lamentable hecho, familiares de la mujer expresaron que lo sucedido con Estefanía es producto de años de maltrato, que termino con el crimen totalmente planeado por el hombre.
Cabe señalar que la pareja tenía dos hijos en común y vivían en el barrio San Isidro de Encarnación, y se dedicaban a paso de mercaderías entre Posadas y Encarnación a través del puente internacional San Roque González de Santa Cruz.
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