El Presbítero Pedro Villalba Ayala, cura párroco de la Parroquia San Gerardo, presidió la Misa Central en la mañana de este martes (8) en el santuario de la Virgen de Caacupé, ubicado en el predio de la estación de servicios Futurista. Durante su homilía, el sacerdote destacó la unidad que logra la festividad mariana.
“Queridos hermanos, con mucha alegría estamos para celebrar la fiesta de Nuestra Madre Santísima, la Inmaculada Concepción, la Virgen de Caacupé”, señaló el Padre Pedro Villalba al inicio de la celebración eucarística.
Destacó “el servicio realizado por los diferentes grupos que amanecieron en el Santuario homenajeando a la Virgen con la Gran Serenata”.
“La Inmaculada Concepción, la Virgen de Caacupé así como la conocemos, ella nos da su gracia, su bendición, la bendición que una mamá siempre da a sus hijos”, dijo.
El sacerdote destacó que “con esta fiesta nos unimos a los peregrinos, a los devotos que están dispersos por todo el mundo”.
Instó a recordar a las personas que “se encuentran lejos y a los que ya han partido” e indicó que “cualquier sacrificio que se hace por la Virgen María vale la pena, ella nos une y nos pone más cerca de su hijo Jesucristo”.
Asimismo, enfatizó en “la unión que se logra en esta celebración con la participación de niños, niñas, jóvenes y adultos, y que con esta unidad hay muchas cosas que se pueden lograr”.
Resaltó “las maravillas que hace Dios a través de la Virgen María”, citando a las personas que acudieron a pedirle favores y volvieron agradecidos por encontrar la gracia que necesitaban.
“Este año jubilar y de la misericordia de Dios se abre como una puerta”, indicó el sacerdote y mencionó las lecturas bíblicas que refieren a la misericordia del Padre.
Además, instó “a acercarse a la confesión porque los pecados nos dan temor, inseguridad, porque le hemos fallado al proyecto Salvador de Dios pero eso no significa que Dios nos abandona”.
El religioso pidió “fijarse en los signos de Dios cuando hay cosas que no están bien, señalando en ese sentido la pobreza que traviesan nuestros semejantes, las enfermedades y otros problemas”.
“Para Dios nada hay imposible”, fue una de las frases que rescató el sacerdote para mencionar las falencias de las instituciones y cuando pensamos que ya todo está podrido. Asimismo pidió “no entregarse ante las dificultades, los problemas, la injusticia, la pobreza, ante la muerte sin sentido”. “Sigamos luchando, sigamos rezando, sigamos evangelizando para Dios”, agregó.
También se refirió a la Virgen como “la abogada de Gracia y modelo de Santidad, la que no nos va a pedir plata, la que no va a distorsionar nuestra fe sino que es la abogada que nos dirá éste es el camino, el camino que te llevará a mi hijo Jesucristo”.AMAMBAY570
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