Diplomático brasileño que negoció con Stroessner preparaba un libro de cómo el precio de la represa se multiplicó por 10 para que los gobernantes se repartieran la plata. Hoy, casi 40 años después, el Estado brasileño publica un documento reconociendo el motivo de su muerte.
HISTÓRICO: Este 21 de septiembre, el Estado Brasileño reconoce que el diplomático que negoció la construcción de Itaipú con Stroessner no murió de muerte natural, ni se suicidó, sino que lo mataron.
El exembajador brasileño en Asunción, José Jobim, escribía un libro donde iba a contar que la represa de Itaipú fue sobrefacturada 10 veces, pero lo mataron violentamente hace 39 años. El caso siempre se presentó como suicidio, hasta que este viernes 21 de septiembre el Estado brasileño emitió un documento declarando lo que en realidad había ocurrido.
Jobim, que era el encargado del Tratado de Itaipú por el gobierno brasileño, fue secuestrado, torturado y asesinado luego de revelar que estaba preparando sus memorias con detalles del escandaloso robo.
“El fallecimiento ocurrió alrededor del 24 de marzo de 1979, en la ciudad de Rio de Janeiro, en razón de muerte no natural, violenta, causada por el Estado brasileño, en el contexto de la persecución sistemática y generalizada a la población identificada como opositora política al régimen dictatorial de 1964 a 1985”, dice ahora la descripción de la muerte del diplomático.
El precio inicial de la represa era de 1,3 mil millones de dólares, pero tras el golpe militar de 1964 en Brasil, aumentó a 13 mil millones de dólares (10 veces más). El gobierno de Stroessner había planteado aumentar el costo del proyecto un 23% pero el vecino país quería que la sobrefacturación sea del 46%, para que cada parte se quedara con la mitad del sobrecosto.
Cuanto Jobim reveló a las autoridades de Joâo Figueiredo –quien acababa de asumir- los preparativos de su libro, desapareció y lo encontraron muerto una semana después, colgado de una soga en la Barra de Tijuca, simulando un suicidio.
Tiempo después, su hija, Lygia Jobim, pidió reabrir el caso para su esclarecimiento. Posteriormente, ya en el 2014, la Comisión Nacional de la Verdad del vecino país pidió rectificar el motivo de la muerte del diplomático y otras víctimas de la dictadura brasileña. El año pasado insistió en el tema, hasta que finalmente hoy se conoció la resolución del Estado Brasileño.
“Esta es una etapa, no es el final”, sostuvo Lygia, tras enterarse hoy de la noticia, anunciando que con la resolución oficializada acudirá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al tiempo de rememorar la promesa que le había hecho a su madre de hacer justicia por la muerte del diplomático.
Jobim fue el embajador que negoció con Paraguay, entre 1957 y 1959 la creación de Itaipú; luego, en febrero de 1964 fue enviado por el presidente Joâo Goulart a Asunción para negociar el tema con los ministros de Stroessner. Dos años después, participó de la firma del “Acta de las Cataratas”.
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