“Los riesgos a la baja analizados en el informe de perspectivas para la economía mundial que publicamos en abril se están materializando”, avisa hoy el Fondo Monetario Internacional en su nuevo World Economic Outlook, donde actualiza sus proyecciones de crecimiento.
La economía mundial ya no crecerá un 3,6% este año, sino 4 décimas menos; y en 2023 el alza será del 2,9%, 7 décimas por debajo de lo previsto.
“Los riesgos para las perspectivas se inclinan abrumadoramente a la baja”, avisa el organismo, que baraja incluso el riesgo de una recesión.
El FMI señala 4 causas que han empeorado las perspectivas:
- El descontrol de la inflación, más virulenta y duradera de lo que podía esperarse.
- El endurecimiento de las condiciones financieras como método para frenar la inflación (a riesgo de provocar desequilibrios financieros).
- Los efectos secundarios de la guerra en Ucrania.
- Un frenazo de actividad más acusado en China, debido a una prolongación de las restricciones por la pandemia.
Como consecuencia, la mayoría de economías crecerán menos de lo esperado este año, y algunas incluso podrían entrar en recesión.
El pesimismo se cierne de forma generalizada sobre la economía, pero el hachazo en las previsiones se ceba especialmente con 3, y España está entre los peor parados.
España es una de las 3 economías avanzadas con mayor recorte. Sólo le superan EEUU y Alemania, las dos al borde de una recesión. “La virulencia del episodio inflacionista en nuestro país es la principal causa del recorte de previsiones”, diagnostica Raymond Torres, director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas.
El IPC crece más en España que en las otras grandes economías europeas, generando una fuerte contracción del poder adquisitivo y frenando el consumo privado. “La espiral de costes también merma el estímulo inversor esperado de los fondos Next Generation, de los cuales nuestro país es uno de los mayores receptores”, añade Torres.
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EEUU se convierte en la economía más golpeada por el recorte en previsiones: crecerá 1,4 puntos porcentuales menos este año y 1,3 menos el que viene, “como consecuencia de un crecimiento más débil de lo previsto en los dos primeros trimestres de 2022, con un impulso significativamente menor del consumo privado y el impacto del endurecimiento de la política monetaria”.
Le sigue Alemania, con un ajuste de 0,9 puntos este año y 1,9 el que viene, y España, que en 2022 crecerá 8 décimas menos y el año que viene 1,3 puntos menos. “Esto refleja los efectos de la guerra en Ucrania y la asunción de unas condiciones financieras más estrictas, con el BCE poniendo fin a las compras netas de activos y subiendo los tipos por primera vez desde 2011”, explica el informe.
El recorte de España no sólo llama la atención por ser una de las 3 mayores revisiones a la baja, sino porque hace sólo unos meses, cuando el FMI publicó sus previsiones económicas en abril, dijo que España sería la única economía europea que podría librarse de una recesión.
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La sangría que está provocando la inflación en el bolsillo de los hogares, sumada al empeoramiento en las condiciones financieras por la subida de tipos de interés, terminará de apagar la demanda interna en el último trimestre del año. Como consecuencia, España también podría caer en recesión, como ya pronostican casas de análisis como BBVA Research.
Pese a todo, añade Torres, “la economía española es una de las que más va a crecer en comparación con el resto de países avanzados del G20”.
Esto refleja, en primer lugar, el rebote del turismo durante el presente ejercicio: “los hogares están gastando en viajes una parte del ahorro acumulado durante la pandemia, y España es uno de los países mejor posicionados para aprovechar este fenómeno”, destaca Torres.
En segundo lugar, continúa: “a diferencia de otros países europeos, España no se enfrenta al riesgo de corte de suministro de gas“.
La probabilidad de recesión se multiplica por 4
“Las estimaciones de la probabilidad de recesión también han aumentado“, avisa el organismo.
La probabilidad de una recesión entre las economías del G-7 se estima en casi un 15%, señala el informe, lo que significa que el riesgo se ha cuadruplicado.
En el caso de Alemania es todavía mayor, de casi el 25%. “Para Estados Unidos, algunos indicadores, como el del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, sugieren que la recesión técnica (definida como 2 trimestres consecutivos de crecimiento negativo) podría haber comenzado ya”.
Además, el organismo alerta del riesgo de fragmentación financiera. Y esto podría ocurrir en Europa.
“En algunas economías avanzadas, el aumento de los tipos de interés, junto con el bajo crecimiento, empeorarán la dinámica de la deuda y aumentarán los diferenciales de la deuda soberana y de las empresas, especialmente en los países muy endeudados”. Es el caso de Italia, con una deuda del 150%, pero también de España, cuyo pasivo supera el 117% del PIB.
De hecho, el endurecimiento de las condiciones financieras de los tipos de interés y la preocupación por el riesgo de “fragmentación financiera” en la zona del euro podría dificultar la transmisión de la política monetaria, añade el informe.
El crecimiento más bajo desde los años 70
Pero todo podría empeorar todavía más si se materializan los siguientes riesgos:
La guerra en Ucrania podría provocar una interrupción repentina de las importaciones europeas de gas procedentes de Rusia; la inflación podría ser más difícil de reducir de lo previsto si termina contagiando a los salarios; y el endurecimiento de las condiciones financieras podría provocar desequilibrios en la deuda, entre otros.
Si esto ocurriera, el FMI pronostica un aumento de la inflación y un ajuste en el crecimiento mundial hasta el 2,6% y el 2,0% en 2022 y 2023, respectivamente. Esta situación dejaría el crecimiento de la economía en el 10% inferior de todo el crecimiento registrado desde los años 70.