Nuevos datos manejados por los investigadores confirman que el secuestro del joven Arlan Fick no fue un hecho circunstancial, como inicialmente se presumió. El plagio fue planeado con al menos cuatro meses de anticipación.
Previous Image Next Image
Fuentes confiables a las cuales accedió nuestro diario revelaron nuevas aristas en el caso del joven secuestrado por el EPP el pasado 2 de abril.
Inicialmente, las mismas autoridades de seguridad informaron que el adolescente de 16 años fue tomado como rehén en medio de un tiroteo con la Fuerza de Tarea Conjunta.
Aquella noche, los criminales ingresaron al silo ubicado en Paso Tuyá, Concepción, y mientras tomaban víveres, llegó al lugar un grupo de policías y militares.
Tras una balacera, que terminó con la muerte de dos asesinos y un agente de las FF.AA., los integrantes del EPP utilizaron como escudo humano a Arlan para posteriormente internarse en una zona boscosa, de acuerdo a los primeros datos ofrecidos.
Casi un mes después, la historia toma otro giro y actualmente se menciona que en realidad el objetivo principal siempre fue secuestrar al adolescente y no reabastecerse con alimentos.
De acuerdo a datos ya manejados por los investigadores, Arlan Fick se encontraba en su vivienda, junto a sus padres y un familiar más, cuando los secuestradores irrumpieron en el lugar.
El adolescente se encontraba hablando por teléfono cuando debió cortar debido a que se percató de la presencia de los malvivientes fuertemente armados, quienes golpearon puertas y ventanas.
El padre aparentemente logró reconocer a cierta distancia a Osvaldo Villalba, por lo que se apresuró a encerrarse junto a sus familiares en una habitación.
La medida no representó obstáculo alguno para los miembros del EPP, quienes a balazos lograron acceder al recinto y obligaron al joven a recoger sus enseres personales.
Mientras Arlan juntaba sus pertenencias en una mochila, los criminales procedieron a saquear la vivienda familiar y otra contigua, que aparentemente funcionaba como retiro.
Los criminales llamativamente sabían dónde ubicar rápidamente provisiones básicas, como leche, huevos y otros implementos. En ese momento llegaron los agentes de seguridad, con el resultado ya mencionado.
En la víspera, se dio a conocer una carta, enviada al ministro del Interior, en la que los pobladores denunciaban la alta inseguridad en la zona, 22 días antes del secuestro de Arlan.
En la nota, entregada a la secretaría de la cartera de Estado a las 17:50 del 11 de marzo, se relatan varios hechos, entre ellos un robo previo a la vivienda de la familia Fick Fremm.
Los delincuentes se alzaron con varios objetos de valor, entre ellos una computadora portátil, mientras el joven, sus padres y hermanos se encontraban en la misa de Nochebuena, el 24 de diciembre de 2013.
La máquina sustraída guardaba importantes datos sobre movimientos financieros, que aparentemente fueron utilizados por los miembros del EPP para el plagio con las consecuentes exigencias de rescate.
De esta manera, la familia Fick fue obligada a entregar víveres por valor de US$ 50.000, condición que ya fue cumplida el 11 de abril pasado.
Pese a acceder a las exigencias, los padres y hermanos aún claman por la liberación del joven, quien lleva 27 días secuestrado.
En la víspera, el ministro del Interior reafirmó que -de acuerdo a datos de inteligencia- la víctima sigue viva, aunque aún no se explica el motivo de la demora en su liberación.
ABC