‘El dolor no puede esperar’: marchan por del uso medicinal del cannabis
Docenas de personas marcharon este sábado por el centro de Asunción para pedir la introducción del autocultivo de cannabis con fines medicinales en la ley que regula el uso de la marihuana en el sector médico y científico, promulgada en diciembre.
Jóvenes y mayores, enfermos y sus cuidadores, familias o de forma individual, formaron parte de la Marcha Mundial de la Marihuana celebrada en Paraguay este sábado, que recorrió las calles del microcentro capitalino bajo el lema “el dolor no puede esperar”.
Esa fue la consigna de las madres representadas en el colectivo “Mamá Cultiva”, que desde hace años luchan por la reglamentación del cultivo colectivo y solidario para poder utilizar las propiedades de la planta para atenuar las enfermedades de sus hijos y ofrecerles una mejor calidad de vida.
Así lo explicó a Efe la presidenta de Mamá Cultiva Paraguay, Cynthia Farina, antes de comenzar la movilización, quien consideró que la petición se enmarca dentro del derecho a la salud que la Constitución Nacional garantiza a todos los ciudadanos.
“Nosotros salimos a las calles a reclamar nuestro derecho a la salud. En la ley que se promulgó en diciembre no se incluye el autocultivo, solamente la investigación médica y científica y la importación”, indicó Farina.
Dicha ley reglamenta el marco legal de la producción y uso del cannabis y sus derivados para la investigación médica y científica, pero excluyó el concepto de cultivo “colectivo y solidario”, como argumentó Farina.
“Pedimos que en esa reglamentación hayan cultivos colectivos para que las familias puedan acceder a la medicina. Esos cultivos deben estar registrados y controlados para que tengamos un control total de cuál es la variedad que se necesita para cada paciente que necesite de la medicina”, explicó.
Farina dijo que necesitan este cambio legislativo para no quedar frente a la Justicia como criminales, una consigna que se repitió durante toda la marcha: “No somos narcotraficantes”.
La fundación que Farina representa, que además tiene participación en diferentes países de Latinoamérica, busca poder atender a sus hijos aquejados de diferentes enfermedades con los derivados del cannabis, como el aceite, que ayudan a mitigar ciertas dolencias.
“Epilepsia refractaria, cáncer, autismo, parálisis cerebral, esclerosis lateral, esclerosis tuberosa, artritis, artrosis reumatoidea, fibromialgia, diabetes, lupus, parkinson, ansiedad, depresión (…) es bastante amplia la lista a las que ayuda y se puede tener una mejor calidad de vida”, destacó.
La ley promulgada en diciembre autoriza a “promover la investigación médica y científica del uso medicinal, terapéutico y/o paliativo de la planta cannabis y sus derivados para el tratamiento de enfermedades y afecciones en humanos. Con este objeto se reglamentará también su producción controlada”.
Sin embargo, el autocultivo y la producción propia de aceite de cannabis no está reflejado al no atenerse a las condiciones exigidas desde el Ministerio de Salud Pública.
En ese sentido, desde Mamá Cultiva Paraguay piden que se reglamente esa situación y se adecúe a los controles y procesos pertinentes, pero que no se criminalice como sucede actualmente.