Producto del calentamiento global han quedado en evidencia signos de abandono y ocupación por parte de pingüinos de Adelia durante unos 5.000 años en el mar de Ross.
Un zoólogo de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.) hizo un descubrimiento inusual en la Antártida que consiste en una gran cantidad de restos de pingüinos de Adelia en varios estados de descomposición, que han ido apareciendo conforme la nieve y el hielo se derriten con el calentamiento global, según señala un artículo publicado esta semana por la Sociedad Geológica de Estados Unidos.
El investigador Steven Emslie hizo los hallazgos en una zona del cabo Irizar en el mar de Ross, un lugar donde no se tenía registro de que existiera ninguna colonia de pingüinos durante al menos un siglo. Allí encontró una gran cantidad de huesos y plumas junto a lo que parecían ser restos “frescos” de aves. Los cuerpos eran en su mayoría de polluelos de pingüinos de Adelia, que tienen una alta tasa de mortalidad cuando nacen en las estaciones más frías del año.
Los análisis de radiocarbono publicados recientemente en la revista Geology revelaron al menos tres períodos de ocupación del cabo Irizar por crías de pingüinos, siendo el último hace unos 800 años y el más antiguo hace unos 5.000 años.
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El más reciente período de ocupación parece coincidir con una Pequeña Edad de Hielo que cubrió por completo el lugar con nuevas capas de nieve y hielo, conservando intactos los restos. Sin embargo, el aumento de las temperaturas en los últimos años ha provocado su derretimiento para dejarlos al descubierto.
El calentamiento global ha aumentado la temperatura anual en el mar de Ross de 1,5 a 2,0 °C desde la década de 1980, y las imágenes satelitales de la última década muestran que la capa emerge gradualmente de debajo de la nieve.
“A medida que las tendencias de calentamiento continúan en la Antártida y el mar de Ross, es posible que se hagan evidentes otros sitios cubiertos de nieve y hielo que se sumen al registro dinámico de ocupación y abandono de pingüinos a lo largo de milenios con el cambio climático”, concluyó Emslie.