La próxima evaluación que aplicará el Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat) al Paraguay y que medirá su situación respecto al combate al lavado de dinero será vital para que el país pueda alcanzar el tan anhelado grado de inversión.
En esto coinciden analistas económicos y representantes del sistema financiero local, ya que las calificadoras internacionales de riesgo y los organismos multilaterales han advertido en reiteradas ocasiones que las deficiencias institucionales (traducidas especialmente en altos niveles de corrupción, bajos niveles de seguridad jurídica e institucional) restan puntos en materia de competitividad.
Si Paraguay no sale bien parado de la evaluación de Gafilat, volverá a la lista gris del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) y difícilmente podrá seguir escalando en los ránkings internacionales para la atracción de inversiones.
En su reciente visita al país, el miembro de GAFI Mariano Federici sostuvo que las sospechas de lavado de dinero ahuyentan a las inversiones extranjeras, especialmente las que se destinan a proyectos de largo plazo como industrias e infraestructura. Consideró además que el combate al lavado de dinero permitirá a Paraguay consolidar su crecimiento económico
Tras sus últimos análisis, la agencia Fitch Ratings colocó al país a un paso del grado de inversión, al calificar el riesgo soberano como BB+, el nivel más alto dentro del grado especulativo. Previamente, Moody’s aplicó la misma decisión y asignó a Paraguay la nota Ba1. En el caso de Standard and Poor’s, la calificación es de BB y requiere de dos escalones para ingresar al grado de inversión.
Al no lograr ingresar a este grupo de países con mejores calificaciones de riesgo, se perderá la oportunidad de obtener mejores condiciones de financiamiento para proyectos públicos y privados; pues cuanto más riesgosa se presenta una posibilidad de inversión, mayor tasa de interés se solicita para destinar fondos y menos serios son los oferentes de recursos. UH