Al menos 29 presos muertos y 66 heridos, entre ellos cinco policías, dejan desde el lunes pasado los enfrentamientos en dos penitenciarías de Ecuador, elevando a casi 400 los reclusos fallecidos en masacres carcelarias desde el año pasado a causa de la guerra por el poder entre bandas vinculadas con el narcotráfico.
Los recientes choques entre reos se volvieron a dar en dos de las principales cárceles ecuatorianas, generando en la Defensoría del Pueblo “preocupación frente a la recurrencia de los hechos de violencia”. La Defensoría pidió el jueves en un comunicado atender la “escasa presencia” de guardias en las prisiones del país, con capacidad para unas 30.200 personas, pero en las que hay 32.400, según cifras de la entidad que administra las prisiones (SNAI).
En la cárcel Guayas 1 del puerto de Guayaquil, enfrentamientos desatados el miércoles dejaron al menos 13 muertos y 23 heridos, informó el SNAI, que previamente había anunciado cinco fallecidos. “Las instituciones de seguridad continúan con sus labores en el Centro (penitenciario)”, anotó el organismo por Twitter. Una fuerza de 900 policías y militares fue movilizada a esa cárcel ante la revuelta.
El ministerio del Interior anunció que fue “retomado el control” del reclusorio guayaquileño, en el que se mantiene activa la fuerza pública. Entre los heridos en la Guayas 1 figuran cinco uniformados, que fueron atacados “con armas de fuego mientras intervenían para restablecer el orden”, de acuerdo con la policía, que divulgó un video en el que se ve a un agente lesionado cuando está siendo evacuado del lugar por compañeros.
“¡Detengan los traslados!”
El lunes y martes también se dieron choques entre reclusos en la cárcel de la localidad andina de Latacunga, en el centro de Ecuador, dejando 16 reos fallecidos, la mayoría desmembrados, y 43 heridos. En este caso, la violencia se habría originado por el asesinato de Leandro Norero, un narcotraficante de 36 años conocido con el alias de “El Patrón”, que fue detenido en mayo y era buscado por Perú.
El ministro del Interior, Juan Zapata, advirtió el martes que la muerte de Norero podría desencadenar nuevos enfrentamientos entre presos. Tras la matanza en Latacunga, 135 presos fueron trasladados a otras prisiones por “medidas de seguridad”, según la autoridad penitenciaria. Ese tipo de traslados ha generado en el pasado el rechazo de los presos, ya que generalmente acaban en centros controlados por bandas rivales y derivan en vendettas.
“Los traslados se hacen en medio de caos. Cada traslado expone a la muerte a nuestros seres queridos por la violencia conectada entre prisiones. ¡Detengan los traslados!”, señalaron familiares de reclusos en un comunicado divulgado por la oenegé Alianza contra las Prisiones. Agregaron que cumplir una “sentencia, aunque sea corta, puede ser de muerte” en el país.
A sangre y fuego
Desde los centros de detención, bandas como Los Chone Killers, Los Choneros, Los Lobos y Los Tiguerones manejan el creciente tráfico de drogas en Ecuador, que en lo que va del año ha decomisado unas 152 toneladas. Ubicada entre Colombia y Perú, los mayores productores mundiales de cocaína, Ecuador incautó un récord de 210 toneladas de droga en 2021.
Ese mismo año la tasa de homicidios casi se duplicó al cerrar con 14 asesinatos por cada 100.000 personas. Las organizaciones criminales, que tienen conexiones con carteles mexicanos, se disputan a sangre y fuego el dominio del negocio. Solo en una masacre murieron 122 presos en Guayas 1 en septiembre de 2021, una de las más atroces ocurridas en América Latina. Otras tres matanzas también se dieron allí.
Los enfrentamientos que se desataron el miércoles en Guayas 1 involucraron a reos de tres de los doce pabellones que albergan unos 6.900 presos y que son parte de un gran complejo penitenciario de cinco cárceles en Guayaquil donde se encuentran 13.100 personas, 20% más de su capacidad.
Un comité de pacificación creado por el gobierno ante la crisis penitenciaria, que no logró su cometido, señaló en abril que las prisiones ecuatorianas “se consideran bodegas de seres humanos y centros de tortura”. En 2021 la superpoblación carcelaria era de 30% pero se redujo con indultos presidenciales y la aplicación de beneficios por buena conducta para los presos.
Fuente: AFP.