ASUNCION (Enviado). Si hay un lugar donde el milagro económico paraguayo se puede ver y tocar, ese lugar es sin dudas es la llamada nueva Asunción, una parte de la ciudad que en los últimos años experimentó una profunda transformación a partir de un boom de inversiones privadas.
Economis viajó por unos días a ese polo que atrae a los viajeros de negocios, el turismo de eventos y, cada vez más, a visitantes de Argentina, Brasil, Uruguay y el resto de la región, que vienen por unos días para recorrer una ciudad con mucha historia pero que también ofrece la posibilidad de hacer shopping o recorrer sus paradas gastronómicas que están al nivel de Miami. Todo a tan solo unas pocas horas de Posadas.
Quien no haya estado en la capital paraguaya en los últimos años, sin dudas se sorprenderá al ver la extraordinaria transformación de esta “Nueva Asunción”. Encarnación es apenas una pequeña muestra de lo que sucede en esta ciudad.
Se trata de “una milla de oro” donde la escenografía por momentos se asemeja a Miami o Dubai. Autos de lujo, restaurantes de primer nivel y franquicias gastronómicas que no llegaron aún a la Argentina, shoppings donde se consiguen marcas como la norteamericana Gap o el Corte Inglés, modernas torres corporativas espejadas y con los logos de entidades financieras en lo más alto.
Autos eléctricos en las estaciones de carga ubicadas en la puerta de los hoteles donde, además, la atención del personal paraguayo. Atentos en todo y con una cultura de servicio que llama la atención, para tratarse de un destino que prácticamente se construyó en los últimos diez años.
Es, sin dudas, una de las postales fuertes de eso que algunos denominan el milagro económico paraguayo, cimentado en una estabilidad económica y una baja presión impositiva que es la envidia de la Argentina. Paraguay tendrá en los 12 meses de 2019 un 4% de inflación, o quizás menos. Es decir, tanto como nuestro país en un solo mes (septiembre fue 5,9%).
Economis visitó el lugar, dialogó con empresarios y recorrió lugares para contar la experiencia de visitar, comprar y pasear por la Nueva Asunción, un sitio de contrastes fuertes. Donde conviven el súper lujo con las necesidades de un gran sector de la población a la que todavía el derrame no le llega.
“Si ponemos un compás en el hotel Sheraton o el Shopping del Sol, y hacemos un círculo de 2 kilómetros de diámetro, en esa área se calcula que se recibieron inversiones por 2.000 millones de dólares en los últimos años”, explicóa Economis, Néstor Filártiga, titular de la asociación que nuclea a los restaurantesde la ciudad, y director ejecutivo deMburicao.
Este restaurante, ubicado en una coqueta casa en el barrio del mismo nombre, nació hace 25 años de la mano de casi 200 amigos (entre ellos el ex presidente Juan Carlos Wasmosy) que pusieron 5.000 dólares y reunieron unmillón de capital inicial. Detinaron casi un 10% de ese dinero a contratar a Francis Mallman, quien acababa de ganar el Grand Prix De L’art De La Cuisine otorgado por la Academia Internacional de Gastronomía.Mburicao, rápidamente se convirtió en el restaurante que sacó a la cocina paraguaya de su tónica tradicionalista y conservadora.
Otros restaurantes que se destacan, dentro de una oferta cada vez más variada son Cocina Clandestina, La Pascuala, Yasyretá o La Cabrera, franquicia de la cadena de parrillas porteña.
Turistas argentinos, principales visitantes
“Recibimos todo el tiempo a los visitantes argentinos, vienen muchos misioneros, correntinos, formoseños y chaqueños, además también gente de Buenos Aires, pero ahora la crisis de Ustedes nos está impactando y también la caída del peso argentino”, explica el empresario en una de las mesas de Mburicao.
Según datos de la Secretaría de Turismo Paraguaya (Senatur) el año pasado visitaron este país 1.180.000 turistas. El 70% de los turistas fueron argentinos. Le siguen en orden de importancia: Brasil (16%), Uruguay (1,5%), Chile (1,34%), Estados Unidos (1,33%), España (1,29%), Colombia (1,22%) y Perú (0,84%).
Pero el dato que más llama la atención es el lugar por donde entraron los turistas a Asunción. De los 845.000 que entraron a Paraguay por vía terrestre, el grueso lo hizo por Puerto Falcón (518.00) y Ciudad del Este (138.000).
Pero el tercer portal de ingreso a este país fue por el puente Roque González de Santa Cruz, con 113.000 visitantes.
Sin dudas, estas cifras demuestran el potencial que tiene Asunción como destino para los posadeños. Pero también, la oportunidad para Posadas para recibir a turistas que llegan a la capital paraguaya y quieren visitar ciudades que estén a unas pocas horas en automóvil.
Economis dialogó con algunos guías y operadores turísticos que confirmaron este interés, pero también manifestaron sus quejas por las demoras en el puente.
“Ustedes podrían potenciar el turismo, porque hay visitantes que llegan a Asunción, visitan Encarnación y después quieren cruzar a la Argentina, pero tuve malas experiencias con las demoras en el puente”, señala Marcial Aranda, un guía de turismo que nos muestra durante medio día los alrededores de la capital, donde se destaca la ciudad de San Bernardino.
La playa frente al lago del mismo nombre siempre fue el destino de veraneo de la clase alta y media alta asunceña. Pero el lago está contaminado y sus playas hoy no son aptas para el baño. Esta circunstancia también generó que muchos asunceños visiten Encarnación en la temporada estival. Una vez más, la oportunidad que aparece para el turismo receptivo en Posadas.
“Argentina tiene un magnetismo para el turista paraguayo. La vez pasada una clienta que estaba hospedada en un hotel encarnaceno me insistía con que quería comer pizza en Posadas, traté de desalentarla, pero terminamos yendo. Al final no fue buena la experiencia por el puente”, explicó Marcial.
La Avenida de los Aviadores del Chaco
El epicentro de la Nueva Asunción es, sin dudas, el eje formado por el Shopping del Sol, sobre la avenida aviadores del Chaco y el Sheraton Asunción Hotel, del otro lado de la avenida Aviadores del Chaco. Por esa avenida se llega al aeropuerto Silvio Petirossi en 15 minutos o media hora, depende del tránsito que en las horas pico es lento, como en toda capital que está creciendo fuerte.
El contraste es grande cuando pasan los viejos colectivos pintados con filigranas, al estilo de los que se veían en las calles Argentina hasta fines de los 80. El pasaje cuesta 1500 guaraníes (15 pesos). Son pintorescos, pero obsoletos. Queda claro que boom económico no fue parejo.
El Sheraton fue el hotel pionero, cuando se instaló hace 15 años. Es propiedad del Grupo Cartés, del ex presidente paraguayo. Este grupo también construyó el World Trade Center, unas torres ultra modernas con oficinas de bancos de inversión, financieras y filiales de multinacionales.
Hay otra media docena de edificios del mismo nivel. Todos modernos, de paredes acristaladas y en sus pisos más altos los carteles de publicidad de firmas como Mostaza, la financiera argentina Puente o Grupo Barr. También están los otros hoteles que fueron apareciendo en la “milla de oro”, como el Aloft (de la cadena internacional Marriot), entre otros.
Todos tienen terrazas con piscinas, donde a la noche se organizan after-office, con shows de música en vivo. Desde ahí se tiene una vista espectacular de “la Nueva Asunción”.
El hotel de mayor nivel es el Sheraton, que recibió en la suite Presidencial a celebridades como el Rey Felipe de España, Luis Miguel o hace poco el reguetonero Don Omar. Una noche en este hotel arranca desde los 140 dólares la habitación doble.
“A raíz del Sheraton se hace todo este polo de desarrollo. En los últimos 7 u 8 años arrancó con más ímpetu. Primero fue un polo inmobiliario con edificios Premium. Más que se duplicó las camas que teníamos hace seis años. Todo esto dado por perspectivas y expectativas de lo que va a ser Paraguay, y todo de la mano fundamentalmente de la empresa privada”, explica Raquel Gavagnin, una argentina que desde hace diez años es la gerenta general de este hotel.
A los 100 metros de este hotel se encuentra el nuevo Paseo de la Galería, todavía más lujoso que el del Sol y otro de los símbolos de la nueva Asunción. Se accede por unas escaleras rodeadas de jardines y cascadas, con dos pisos de restaurantes donde se puede comer asado argentino, pastas italianas, sushi o pizza.
Los locales del Paseo de la Galería son aún más grandes y lujosos que su rival, en el otro lado de la avenida. La cadena Monalisa tiene una tienda departamental con una sección de perfumes que parece un Free Shop de un aeropuerto importante, y una sección de vinos donde se encuentran botellas de un borgoñade origen francés de 5.000 dólares. También hay vinos franceses o italianos desde los 30 dólares.
Muchos de los comercios tienen sus precios directamente en dólares. A los visitantes del extranjero automáticamente les hacen un 10% de descuento por la devolución del IVA. Aún así, es difícil encontrar precios atractivos para un argentino con un dólar que supera los 60 pesos. Aunque las marcas internacionales pueden tener precios un poco más atractivos que en Buenos Aires.
Cuando el dólar se estabilice y –quizás- vuelva a retrasarse en nuestro país, no cuesta para nada imaginar a estos salones llenos de voces argentinas.