Con determinación y esfuerzo se pueden superar las adversidades y alcanzar grandes metas. De esto da ejemplo el docente Francisco Javier Colmán Ramírez, un paraguayo como muchos, que “lucha para mejorar su vida y la de sus padres” a quienes hoy les dedica su último logro: concluyó su doctorado en Educación en España con la calificación sobresaliente suma cum laude, de la Universidad Autónoma de Madrid.
Proveniente de una familia trabajadora. Francisco es hijo de campesinos que migraron a la capital muy jóvenes en busca de mejores condiciones de vida. “Por supuesto, eran otros tiempos, no pudieron completar sus estudios primarios, pues debían trabajar. Mi padre, albañil, mi madre, doméstica. Eso no fue limitante para criar a dos hijos”, contó Francisco. Pese a una formación educativa limitada, sus padres le dieron las herramientas para que pueda culminar el bachillerato, entonces sus padres le dijeron: “Ko’ãga guive che memby ore nde tuandive rome’êma ndéve la ikatumíva”. Esta honestidad sobre sus limitaciones y su aliento constante fueron cruciales para que Francisco salga a la búsqueda de oportunidades desde el asentamiento. ‘‘Mi hogar, mi comunidad, el asentamiento Bonanza de la ciudad de Luque. El hecho de ser parte de un asentamiento, hace mucho más difícil ser visible como persona, y aún más como profesional, puesto que, llevamos el estigma de supuestamente ser personas sin formación o sin ganas de crecer o salir adelante”. COMIENZO Entonces solicitó una beca para estudiar Docencia a la directora del Instituto Superior de Educación Santo Tomás de San Lorenzo, licenciada Blanca Urbieta de Galeano. Lo consiguió y luego se enfrentó a otro desafío: trabajar para seguir estudiando. “Una realidad que muchos jóvenes paraguayos van sorteando a diario”. Como vendedor en el Mercado 4 en tienda de artículos de costuras y estudiar a la vez “era correr”, recordó. OPORTUNIDAD Tiempo después, la directora Urbieta le propuso ser ayudante de una profesora en el propio Instituto. “Para mí, fue lo mejor, ya que eso me daba la oportunidad de estudiar por la mañana y dedicarme a la tarde a ayudar, cuestión que me daba la oportunidad de conocer el mundo docente desde la experiencia. Creo que este trabajo me fortaleció mi madurez mucho más como profesional”. Su vida dio un giro de 180º cuando fue seleccionado para una beca del Programa Nacional de Becas de Posgrados en el Exterior Don Carlos Antonio López (Becal). “Definitivamente, fue de grandes cambios, me permitió crear vínculos con profesionales a escala nacional e internacional, me permitió forjar una imagen profesional altamente valorada por mis pares”. Acceder a una beca y estudiar en el exterior le dio al joven docente ese valor agregado, que muchas veces por la frustración dejamos de lado. Para el doctorado, experimentó una rigurosa exigencia científica que le permitió adquirir una visión más holística sobre la educación, clave e importante, ya que para mejorar el sistema educativo en Paraguay se debe contar con profesionales preparados, con el compromiso de generar cambios ‘‘en pos de esa anhelada educación de calidad de la cual se habla tanto, pero que en la práctica seguimos inmersos en una educación tradicional camuflada en la innovación educativa.’’ De regreso a Paraguay, Francisco tiene claras metas: unirse al sector público, generar herramientas didácticas de calidad, colaborar en la nueva malla curricular y continuar desarrollando proyectos educativos. Destaca su compromiso de retribuir a través de la investigación y la generación de conocimientos al Estado por la inversión en su formación. El destacado ex becario aconseja a los jóvenes creer en sí mismos y confiar en sus habilidades para superar obstáculos hacia la educación superior y la realización de sus sueños; a persistir ante la adversidad, enfrentando desafíos con determinación y perseverancia; aprovechar las oportunidades que se presenten, como becas o programas extracurriculares para enriquecer su experiencia educativa, y por último, esforzarse por la excelencia, dedicando tiempo y esfuerzo a los estudios para alcanzar y nunca rendirse en la búsqueda de sus sueños. ‘‘Aunque estoy agradecido por mi progreso, aún tengo metas por cumplir, como unirme al sector público para garantizar seguridad salarial y atención médica para mis padres’’.
Los cristianos estamos llamados a vivir siempre alegres, porque la esencia de nuestra vida está en el hecho de que Dios nos ha amado con un amor individual y personal, particularmente a cada uno de nosotros. Y Jesús no deja de amarnos, ni nos abandona, ni se olvida de nadie, ni aún en los momentos de mayor ingratitud de nuestra parte. Nos impiden descubrir este tesoro, el egoísmo, la comodidad, el rechazo de las dificultades y las cruces que se nos presentan en la vida cotidiana. Adalberto Martínez Flores, cardenal.
EN EL SNPP
Mujeres estudian para ser electricistas Johanna Gauto, de 18 años, y Marlyt Velázquez Amarilla, de 30 años, forman parte del curso de “Instalador electricista domiciliario”, que se lleva a cabo en la sede de la Dirección de Formación y Capacitación (DFC) del SNPP en Mariano Roque Alonso. Aunque la mayoría de los estudiantes son hombres, estas dos mujeres asisten todas las tardes para adquirir conocimientos teóricos y prácticos en electricidad. Johanna está interesada en trabajar en empresas de soporte técnico relacionadas con la electricidad, mientras que Marlyt busca aprender habilidades eléctricas para realizar reparaciones e instalaciones en su hogar y potencialmente en otros lugares, mientras toma un descanso de su carrera de Medicina. UH