Cuando una cosa está bien hecha, es un clásico.

Y es que con un Bic puedes llegar a escribir hasta 3 kilómetros de palabras.

Marcel Bich nacido en 1914, era fabricante de diversos componentes de artículos de escritura, cuando en 1950 su espíritu visionario le lleva a interesarse por el bolígrafo del cual vislumbra un enorme potencial. Con una idea emprendedora Bich adquiere la patente de bolígrafo del húngaro Laszlo Biro, creador en 1938 de la “birome”, el primer bolígrafo de la historia. Siguiendo su idea, Bich no se detiene hasta encontrar la fórmula de tinta ideal así como el ajuste perfecto entre la punta y la tinta, utilizando para ello máquinas de alta precisión de la industria relojera suiza.

En 1950, lanza el bolígrafo BIC® Cristal® ofreciendo calidad al mejor precio: abarató su precio de los 100 dólares durante la década de los años 40, a su bolígrafo de 4 ó 5 dólares, gracias al empleo de materiales mucho más económicos, a la vez que ligeros.

Gracias a una masiva campaña publicitaria el producto tuvo un rápido crecimiento primero en Francia y luego a nivel internacional: Italia en 1954, Brasil desde 1956, Reino Unido, Sudáfrica y Oceanía en 1957, después Estados Unidos en 1958 y África y Oriente medio a principios de los años 60 para luego conquistar el mundo entero. Tal fue su éxito que se logró batir el increíble récord de consumo de 15 millones de bolígrafos por día.

En 1973, Marcel Bich amplía su industria lanzando a la venta el encendedor BIC® , para luego revolucionar el mercado en 1975 con el diseño y comercialización de la primera maquinilla de afeitar desechable.

El bolígrafo “BIC cristal” es Considerado como el utensilio de escritura manual con mejor diseño del mundo, formando parte desde el año 2001, de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York.