Advierten sobre graves daños que puede causar a la salud y en el organismo la mal llamada “sustancia mineral milagrosa” o dióxido de cloro, que en la actualidad muchos paraguayos ya lo están utilizando como tratamiento para el COVID-19. El doctor Dante Zacarías, jefe de Toxicología de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA y el Hospital de Clínicas, habló con La Nación sobre qué implicancias tiene consumir esta sustancia no aprobada para uso médico y que se consigue de forma clandestina para la automedicación.
El dióxido de cloro es una sustancia química que uno puede obtenerla de diferentes formas. Las sustancias precursoras a este son los cloros, cloritos, cloratos, entre otros, a los que se les puede agregar, por ejemplo, ácido cítrico, ácido sulfúrico, también ácido clorhídrico, etcétera. Con esta combinación química se forma un gas por encima de los 11° centígrados, que es el dióxido de cloro. El mismo está disuelto en el agua y esa sustancia es un tóxico, la gente tiene que saber que eso se utiliza para blanquear piscinas, señaló el Dr. Zacarías.
Daño severo al organismo
“Yo diría que las personas que la consumen están pasando a jugar la ruleta rusa para ver qué le puede ocurrir en la creencia de que el dióxido de cloro va a salvarle del COVID-19. Hasta ahora no existe ninguna publicación internacional y menos nacional que haga referencia al dióxido de cloro porque no se tienen resultados. La gente en forma empírica y de forma aventurera consume estas sustancias supuestamente milagrosas. Así la llaman, ‘sustancia mineral milagrosa’ (MMS)”, refirió el profesional médico.
El consumo de esta sustancia provoca en muchos casos náuseas, vómitos, diarrea y gastritis en un primer momento, cuando las personas creen que esos efectos son solo porque el “medicamento” está actuando, pero en realidad se está haciendo un daño severo a su organismo porque se está intoxicando.
También puede provocar una insuficiencia respiratoria porque forma metahemoglobina, es decir, la hemoglobina normal en vez de ser un hemo que tenga hierro ferroso se vuelve un hierro férrico y al formarse glóbulos rojos ya no ceden oxígeno a los tejidos. Entonces se presenta una hipoxia. Además, también provoca en la sangre una hemolisis, que es la destrucción de los glóbulos en el torrente sanguíneo.
Insuficiencia hepática y arritmia
Otras complicaciones que pueden aparecer son la insuficiencia hepática, es decir, el hígado puede perder sus funciones, que son múltiples, como la desintoxicación del cuerpo, el almacenamiento de glucógeno, en la liberación de glucosas en la sangre, pierde sus capacidades de la metabolización que es un daño bastante peligroso, indicó el profesional.
“Además, cuando las dosis son muy altas provoca acciones cardiacas que deterioran el organismo. Por ejemplo, en el electrocardiograma se ve la prolongación del QT –que son las ondas del electrocardiograma– que puede provocar arritmias muy peligrosas con la aparición de fibrilación auricular y llegar al paro cardiaco”, explicó.
Ningún uso médico
El dióxido de cloro no es recomendado para uso médico como tampoco para tratar el COVID-19 por ningún organismo como la Organización Mundial de la Salud (OMS), Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), la Agencia Española de Control de Alimentos y Fármacos. Sin embargo, muchas personas ya lo están consumiendo en el país.
El dióxido de cloro se prepara con frasquitos de “clorito de sodio” y “ácido clorhídrico”, y eso se mezcla sin ningún aval de la casa o representante de laboratorio. Actualmente, las personas acceden a ella de forma clandestina porque no hay farmacia que lo venda y, en el caso que así sea, el Ministerio de Salud Pública intervendría aquellas farmacias que serían pasibles de sanciones legales. LA NACION