Las empresas Alquimia y Cáñamos del Sur anunciaron que se alían con la intención de producir e industrializar una especie de cannabis diferente a la marihuana. El cultivo generaría al año de US$ 10.000 a 15.000 por Ha.
Responsables de las dos empresas, Andrés Demp y Juan Carlos Cabezudo, invitaron ayer a periodistas de varios medios a conocer la planta procesadora de semillas (chía, sésamo, etc.), Alquimia S.A., en Mariano Roque Alonso, y la expectativa que tienen respecto a la producción e industrialización del cannabis.
“Hemos firmado el primer acuerdo comercial vinculado al cannabis. Alquimia contrata a la empresa Cáñamos del Sur para hacer desarrollo genético de la semilla (del cannabis), su adaptación al clima y suelo de Paraguay, cultive o mande cultivar, acopie y provea la semilla, pues tenemos contratos, dos empresas americanas importantes nos aseguran la compra de todo lo que podamos producir”, afirmó Demp.
Por su parte, Cabezudo señaló que el objetivo es impulsar en el Paraguay el cultivo de uno de los rubros más revolucionarios de la agricultura. “Hasta el día de hoy no es conocido un rubro con tanta versatilidad industrial. Lo único que hay que pasar de aquí a su consolidación es el prejuicio”, dijo. Indicó que la semilla del cannabis tiene muchísima utilidad industrial: alimento, papel, plástico, fibras, medicamentos y otros.
Aclaró que la diferencia del cannabis que ellos pretenden producir en nuestro país con la marihuana es el THC (efecto sicoactivo).
“Es el componente sicoactivo el que hace que la planta (marihuana) tenga un valor comercial en el mercado negro. El cáñamo no tiene THC. Esa es la única diferencia fundamental con la marihuana”, puntualizó.
Sostuvo que la siembra del cáñamo puede ayudar a erradicar los cultivos de marihuana en el Paraguay “y lo principal es la revolución industrial que se puede hacer a partir de la materia prima”.
Abundó que no existe ningún rubro que pueda aproximarse a la rentabilidad que tiene el cannabis y que lo seguirá teniendo por mucho tiempo. Sostuvo en ese sentido que para el pequeño productor que vive en la pobreza, el cultivo del rubro le podrá rendir, como mínimo, entre US$ 10.000 y 15.000 anuales. Es un rubro con tres cosechas al año y se puede obtener cuatro toneladas por hectáreas en un año.
“No existe un alimento en la naturaleza con mayor valor nutricional, parece como diseñado para el ser humano, tiene todos los aminoácidos esenciales, omega 3, proteína en un alto rango y es muy fácil su producción, no usa agroquímicos ni glifosato”, apuntó Cabezudo.
Necesitan que se les permita sembrar legalmente y a partir de ahí “se abren todas las posibilidades”, alegan. ABC