El presidente chino Xi Jinping ha visitado hoy una instalación de las llamadas tierras y minerales raros alimentado las especulaciones difundidas por la prensa más nacionalista de Pekín sobre una posible utilización del dominio mundial de la nación asiática sobre estos materiales estratégicos para replicar a la escalada a la que asiste su guerra comercial con EEUU, en especial tras la ofensiva de Washington contra la firma Huawei.
La singular visita del dirigente chino a la firma instalada en la ciudad de Ganzhou, en el sudeste del país, adquirió una mayor significación dado que el jefe de estado iba acompañado de Liu He, el viceprimer ministro chino y jefe del equipo que negocia con Washington un posible acuerdo para poner fin a una confrontación cada vez más acalorada.
Estados Unidos depende en un 80% de las exportaciones de tierras y minerales raros procedentes de China, un grupo de 17 elementos como el escandio o el lantano, que resultan imprescindibles para la producción de toda una inmensa gama de productos electrónicos, incluidos los teléfonos móviles o los sistemas de armamento usados precisamente por el ejército de EEUU.
Para Yang Kunhe, un analista de Pacific Securities Co citado por Bloomberg, la visita de Xi Jinping es una “señal de advertencia” a EEUU sobre posibles restricciones de los envíos de estos minerales, una medida de un ingente calado, unas repercusiones económicas impredecibles y quizás más significativas que el descomunal brete al que se enfrenta la firma y los usuarios de Huawei.
El guiño de Xi Jinping se produce después de varias jornadas en las que medios como Global Times no han cesado de citar a expertos y analistas que se han explayado en los supuestos efectos demoledores que tendría una prohibición de las exportaciones de tierras raras a EEUU, cuya importancia para Washington quedó de manifiesto cuando Trump las eximió del alza de aranceles que anunció hace días.
“Las tierras raras son vitales para muchas tecnologías modernas y una amplia gama de sistemas de armas utilizadas por el ejército de EEUU. A EEUU le llevaría muchos años reconstruir su industria de tierras raras y aumentar su suministro interno para reducir su dependencia de los minerales de China. Suficiente para que China gane una guerra comercial. La producción de tierra raras ayudará a Pekín a controlar la sangre vital del sector de alta tecnología de los EEUU”, escribía hace días el citado matutino, portavoz del sector más conservador del Partido Comunista Chino (PCC).
Pekín ha endurecido su discurso desde hace jornadas en respuesta a la ruptura de las últimas negociaciones y la imposición de nuevos aranceles. El boicot decretado por Washington contra Huawei podría agravar aún más esta dinámica.
Para Jin Canrong, un experto en EEUU en la Universidad Renmin de China, la completa prohibición de la exportación de tierras raras a la nación americana es el “as” en la manga que se guarda Pekín en esta pugna, aunque ningún analista se atreve a prever las consecuencias desestabilizadoras para toda la economía mundial que tendría esa decisión.
El desplazamiento de Xi Jinping estuvo acompañado de toda la simbología a la que gusta recurrir Pekín en momentos como el actual, cuando necesita aferrarse a la ideología.
Por ello, también incluyó una visita del mandatario a un monumento en Yudu que rinde homenaje a la famosa Larga Marcha de Mao Zedong.
“En el contexto del enfrentamiento entre China y Estados Unidos en el terreno comercial y de la tecnología, el viaje a Yudu envía un mensaje claro sobre una dificultad que se va a extender en el tiempo. Tenemos que estar preparados para la posibilidad de que la confrontación con EEUU persista a largo plazo”, opinó Chen Daoyin, un analista político de Shanghai, en el diario South China Morning Post.
Tras conocerse la magnitud del veto ejercido contra Huawei por Washington y compañías de ese país como Google, el gobierno chino dijo que apoyará a sus empresas en esta enconada disputa para que “tomen medidas legales y defiendan sus legítimos derechos”.
Por su parte, Huawei prometió que pese a la crisis con Google continuará facilitando actualizaciones y servicios de postventa a todos sus equipos, tanto “a los que ya se han vendido como a los que están aún en almacenamiento”, al tiempo que anunció que seguirá adelante con su propósito de construir “un ecosistema de software seguro y sostenible” para todos sus usuarios, una posible referencia al hecho de que ya prepara su propia alternativa al sistema Android.